18. Viajes moviditos

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By Lilith

Creía que el mayor problema de ir a París sería aguantar a Matheo estando en París, pero el mundo tiene un amargo humor de llevar acabo las cosas y a veces nos sorprende con temas que nadie en su sana mente podría esperar, tal vez os preguntéis si me refiero a un retraso con el avión en el aeropuerto, tal vez que no habían taxis o una huelga de controladores, sería tal vez lo esperable, lo que nadie vio venir fue que el jet privado super pijo de Rober Nevesa sería atacado por un demonio volador con alas gigantes y garras pertenecientes a lo que solo podía ser un maldito dragón.

- ¡¿Qué hacemos?!

Matt lleva chillando más de lo que el bicho nos lleva atacando, Chloe está cerca de un aneurisma, Arioch parece que haya visto a un inspector de hacienda y Daiani no parece creerse lo que ven sus ojos, perfecto, justo lo que necesitaba, un grupo totalmente inexperto, sorprendido y en shock.

- Necesitamos alejarnos lo más posible de la civilización, nos va a intentar estrellar, no queremos hacer un atentado contra la gente de abajo, además no creo que la humanidad esté lista para descubrir que este tipo de seres sobrenaturales existen, - después de un rato de ver que nadie es capaz de hacer nada comienzo a dirigir por mi propia cuenta, quién me vuelva a decir que Arioch es el líder del grupo le doy con mi espada flamígera - tendremos que pelear.

- ¿Estás de coña? ¿Cómo se supone que vamos a hacer eso? Nosotros estamos en un bicho de metal gigante a más de 200 metros del suelo y esa... cosa, con garras y alas está ahí fuera, ¿Acaso no recuerdas que yo sigo siendo humana? ¡Si abrimos la más mínima cosa moriré por la despresurización, el avión se irá a pique, todo saldrá por los aires! - Daiani chilla aterrorizada.

- ¿Acaso no eres una hechicera? ¡Es hora de sacar ese librito y empezar a rezarle a lo que puedas! - Grita Matheo agarrado por su vida a los brazos de la silla del avión.

- ¡A mí no me vais a lanzar por los aires otra vez con sus conjuros de Kika Superbruja! - Replica Arioch con un comportamiento digno de niño pequeño.

Veo como Daiani se está agobiando, todo el mundo grita a su alrededor, todos le dicen cosas distintas para hacer, se está bloqueando, quién no lo haría, puedo ver cómo tiembla su labio inferior, su mirada está perdida, cerca de disociar.

- Didi, - la tomo por los hombros y ella rompe su trance para mirarme - sé que esto da miedo, pero eres nuestra única opción, tienes que leer algo de ahí y necesito que te concentres bien en atacar solo a ese bicho para que no nos pongas en peligro a los demás, puedes hacerlo, yo sé que puedes.

Sus manos tiemblan, duda de si misma, lo sé, pero ahora no es momento para esto, necesito que salga del shock en el que se encuentra. El avión vuelve a ser sacudido por las poderosas garras de ese demonio, el piloto comienza a tener problemas para mantener el rumbo.

- ¡Daiani! - La acerco bruscamente a mi y la beso con ferocidad para luego apartar a una muy sonrojada versión de mi ex novia de mis labios, realmente había echado de menos esa maldita boca - ¡Hechizo, ahora!

Algo en ella hace clic y finalmente reacciona, toma el libro y con una velocidad apabullante pasa las hojas buscando algo que nos saque de esta.

- ¡Didi, ya! - Chilla Chloe.

- YA ESTOY, - apunta su mano hacia el horible ser - ¡Sancte Michael Archangele, defende nos in proelio, contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium. Imperet illi Deus, supplices deprecamur: tuque, Princeps militiae caelestis, Satanam aliosque spiritus malignos, qui ad perditionem animarum pervagantur in mundo, divina virtute in infernum detrude!

Una potente y arrasadora luz sale de ella en dirección a nuestro atacante que es disparado por los aires y acto seguido explota en añicos, la gente que camina abajo pensará que es un confeti de muy mala calidad ya que para cuando llegue a ellos esos pequeños pedazos serán prácticamente ceniza. Por un momento espero ser herida o sacudida, y sé que Arioch también, pero no nos pasa nada, ella realmente pudo controlarlo.

- ¡Lo hiciste! - Matheo chilla eufórico zarandeando a una muy aliviada a la par que estresada Daiani - Maldita sea, ¡Realmente lo hiciste!

Los dos angelitos berrean felices dando saltos de alegría en el avión mientras que yo me dejo caer en mi silla con el cuerpo, alma y corazón derrotados, me siento hecha tan polvo como el demonio que ella acaba de exorcizar del planeta tierra. Veo a Arioch dejándose caer a mi lado en el sillón contiguo, no nos decimos nada pero entendemos bien el mensaje que nos estamos transmitiendo, apoyo y ánimos. Este viaje va a ser duro, y no precisamente por los bichos malignos sino por el bicho que tiene mi corazón enjaulado en una prisión de hierro fundido incandescente que continúa quemándolo y abrasándolo con profundas y dolorosas cicatrices.

- Todo va a estar bien si tenemos a nuestra heroína. - Festeja Chloe y se ríen felices, están como niños pequeños después de que les hayan dado caramelos de una piñata.

Nunca antes me sentí tan desplazada por el grupo, sé que ya no somos el equipo que solíamos ser antaño, pero este momento me lo remarca a fuego en el alma, la memoria y el pecho, ellos han avanzado y los demonios nos hemos quedado atrás. Al final del día seguimos siendo el enemigo, y no hay nada que podamos hacer que vaya a cambiar eso, todos esperan que les traicionemos en cualquier momento, es más, creerían al primer extraño que entrase por la puerta y les dijera que somos unos embusteros, ya pasó una vez, no lo dudarían ni por un milisegundo.

- Veo que has aprovechado el momento para comerle la boca. - Susurra Arioch con sorna, por algún motivo su afirmación digna de adolescente calenturiento me saca una sonrisa.

- Calla, ellos aún no han caído en ello.

Y nos reímos brevemente, pronto la megafonía suena informando de que, pese a todo, hemos llegado a nuestro destino. Hola París.

Un infierno tras de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora