Prefacio

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Prefacio
Alana Faith
Mayo, 2021
Denver, Colorado.



Me he pasado toda mi vida creando mundos en mi mente donde digo las cosas que quiero, y hago todo aquello que me resulta gratificante y divertido, donde sonrío desde el alma y la felicidad no se ve ajena y  lejana. Es divertido crear momentos en tu mente que sean exactamente como quieres, pero la realidad es otra, la vida se vive no siempre como la creas en tu mente y muchas palabras se quedan atascadas en la garganta.

Mi madre siempre me regaña por vivir metida en mis pensamientos, lo que no sabe es que en ella vivo una vida mucho más emocionante, mucho más alegre. Alejada de la realidad.

Estoy en ese punto de mi vida donde no se que quiero, y justo en mi imaginación vivo varias vidas, hago varias cosas y disfruto cada opción.

──Alana, cariño. No has comido nada. ──susurra mi madre frente a mi.

──No tengo apetito.

──Cariño, tu padre esta preocupado. Ayer me comentó que tampoco quisiste cenar. No puedes darte el lujo de saltarte comidas. Por favor, por mi…  come un poco, aunque sea las frutas.

Desliza el plato frente a mi, la observo a ella con sus hermoso ojos oscuros y su cabello corto hasta arriba del hombre, mi madre es una mujer dulce, llena de amor y de mucho cariño. Tiene un par de arrugas cerca de sus ojos, lo cual no le quita para nada su belleza.

Pincho con el tenedor las manzana picada que ha dispuesto para mi, me hizo una pequeña ensalada de frutas; piña, pera, manzana y fresas. La Diversidad de colores la hacer realmente apetecible.

Llevo un bocado a mis labios y la mastico frente a ella. Sonríe satisfecha al notar que de bocado en bocado me acabo el plato completo. La verdad es que si tenía apetito.

──Gracias, cariño.

No digo nada.

──Me comentó Chloé que habrá una fiesta este viernes.

──Ujum.

Murmuro viendo hacia el inmenso jardín de nuestra casa, el hermoso cielo azul hace un lindo contraste con el verde de los árboles.

──Le dije que deberían ir. ──dejo de jugar con la servilleta que tengo entre mis dedos y me giro hacia mi madre quien se muestra enfocada en su tarea doméstica.

──¿Qué tu qué? ──inquiero casi sin voz.

──Les di permiso para ir.

Elevó mis cejas y la observo incrédula.

──Yo no iré a ninguna fiesta.

──Iras. Tu hermana necesita que la acompañes. ──seca sus manos mientras me observa con detenimiento. ──. Sabemos lo loca que esta.

Me levanto de la silla y me acerco a la isla que nos separa.

──Mamá. Yo no pienso ir a ningún lado. Chloé es lo suficientemente grande como para cuidarse, no entiendo porque carajos tengo que ir yo con ella.

Mi madre eleva su dedo para que haga silencio, esta por debatir y me tocará callarme como niña buena.

──Primero, omite las malas palabras. Y segundo, no pienso discutir contigo algo que ya está decido. Irás con tu hermana, porque así lo quiero.

──No puedes obligarme a hacer lo que tu quieras. ──suelta las tasas haciendo que estas choquen en la encimera y me observa.

──El problema aquí Alana es que no haces ni siquiera lo que tu quieres. mi vida, la vida es una, por favor vívela. Estas dejando que pase…

──¿Yo? ¿En serio, mamá?

No dice nada.

──Iras a la fiesta, llegaran tarde y más te vale Alana que disfrutes…  y dejes de vivir en tus pensamientos.

Sale de la cocina sin darme opción a refutar, bajo mi mirada a mis delgadas manos, odio salir... No me siento cómoda.

Salgo de la cocina para subir hacia mi habitación, toco la primera puerta y espero que se oiga un “pase” y la abro para conseguirme con Chloé en ropa interior y una camiseta, se gira a verme y sonríe.

──Buenos días… 

──De buenos tienen un pepino. ──susurro cerrando la puerta detrás de mi.

──Whao. Hoy amanecimos radioactivas.

──¿Me puedes explicar porque tengo que ir contigo a una fiesta?

Eleva sus cejas castañas. Chloé es mi hermana melliza, compartimos vientre pero físicamente somos muy distintas.  ella es todo lo contrario a mi, es popular, divertida y vive su realidad sin miedo y sin pausas.

Su cabello castaño igual al de mi madre cae bajo sus hombros, tiene pecas que marcan sus mejillas y sus ojos oscuros me escrutan para cuidar las palabras que saldrán de sus labios finos.

──Porque mamá así lo quiere. Yo le dije que no era buena idea obligarte pero ella insistió y me dijo que si tu no ibas yo tampoco y la verdad, Alana. No quiero perderme esta fiesta, por favor. Necesito que vengas.

Se deja caer en su cama, me sonríe marcando los hoyuelos que suelen ser el marco de nuestro apellido paterno y bate sus pestañas largas y pobladas.

──Por favor.

──No quiero ir… 

Me arrastro en su cama y caigo en sus muslos. Sus manos se pasean por mi larga cabellera y larga un fuerte suspiro. Somos unidad, nunca hemos sido de enfrentarnos una con la otra, el hecho de que nos llevemos tan poco diferencia a jugado a nuestro favor.

La amo con locura, y se que ella a mi también.

──Nunca te pido nada, Alana.
Cierto mis ojos y me abrazo a ella.

──Eres una maldita perra manipuladora. ──gruño pegada a su cuerpo para escucharla reír con fuerza.

──¿Eso es un si?

Bufo.

──Si. ──murmuro entre dientes.
Chloé chilla emocionada y Salta haciendo que me levante de su regazo, empieza a bailar divertida haciendo que ría, me toma de la mano y me hala para levantarme y seguirle el paso.

──No ahí música.

──La música es un agregado…  la vida se baila con o sin ella pero se baila. ──dice y nueve sus caderas así que la imito haciendo los mismos movimientos dejándome llevar por la loca y divertida de mi hermana.

Reímos y seguimos bailando hasta que la voz de nuestro padre suena desde la sala suplicando que no tumbemos la casa.
Nos dejamos caer en la cama, tengo el corazón a mil giro mi rostro para notar a Chloé observándome en silencio.

──Yo…  ──puedo notar como las lágrimas se acumulan en sus ojos, le sonrió y acaricio su mejilla.

──¿Adivina que imaginé hoy?
Contiene sus lágrimas.

──¿Qué?

──Que me besan bajo la luz de la Luna en un muelle mientras suena Thinking out Loud.

Chloé sonríe haciendo a un lado la tristeza que la embarga.

──Que cursi… 

Reímos con fuerza.

──Imagino que el besador era Maddox Phoenix. ──murmura burlona.

Me levanto de la cama y sonrío hacia ella.

──No se porque te lo conté.

──porque soy tu hermana porque me amas y porque no quieres verme llorando. ¿Besa rico Maddox en tu imaginación?

Chloé se levanta y viene hacia mi con mirada pícara.

──Puedo decirte que me eleva al cielo cuando me besa… 

Mi hermana suspira con fuerza.

──Debemos hacer realidad esos besos.
Frunzo mi ceño al escucharla.

──Déjate de locuras. ──exclamo. ──. Eso jamás pasara.

──Nunca digas jamás. ──deja un beso en mi mejilla y se lanza de nuevo en su cama.

Todos los besos que me he imaginado han sido con él, cada uno tiene un contexto, cada frase es perfecta y cada mirada es la indicada.

Todo lo que imagino es con él.

Con él enigmático e imposible de Maddox Phoenix.


Todos los besos que me imaginé Where stories live. Discover now