Cap. 9

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Observo a Hiro por lo que esperaba no fuera la última vez. Había llegado a la conclusión de que debía desconectar a Hiro desde dentro, solo encontraba una manera de hacerlo: entrar a la red.

Había leído sobre el tema, en un hospital de la capital, un médico había logrado salvarle la vida a un hombre, al cual creían, estaba muerto.
El doctor vio como sus pupilas seguían su movían en diferentes direcciones a pesar de tener "muerte cerebral".Lo conecto a una computadora, y con ayuda de las ondas cerebrales del hombre, logro crear una manera para que el hombre hablara. Moviendo una flecha entre un "sí" y un "no".

Podría funcionar, tenía que conectar sus ondas cerebrales parcialmente a la computadora, y cambiar las órdenes de la computadora hacia el cerebro de Hiro.

Suspiro. Conecto aquel parche a su cien y ce concentro.

—Vamos Hiro...

Ahora solo podía quedarse ahí, esperando a no dañar el cerebro del pelinegro, o el suyo.

Además de esperar a no ser encontrada por Miyamoto.
...

Hiro se encontraba ayudando a su tía en el café. Una vez termino, se sento en una de las mesas que estaban a las ventanas. Observaba afuera... ¿Que estaba mal?

Observo a cada persona que pasaba por la calle. Un tranvía paso. Para su sorpresa, cuando el tranvía se alejo, dejo ver a figura encapuchada que parecía haber aparecido por arte de magia.
Hiro parpadeo rápida y repetidamente.
Ya no estaba.
Dejo caer sus hombros. Talvez lo había imaginado.

Sin darse cuenta, comenzaba a hundirse en ese mundo. Comenzaba a querer estar en esa mentira.
Ari ya sabía por experiencia que uno podía caer en las mentiras fácilmente, más cuando uno mismo las creaba, pero eso no dolía tanto como caer en una que el mundo te imponía.

Observo a su tia levantar los platos sucios. Sonrió para él mismo. Se dirigió a ayudarla.

Lo había aceptado, ese mundo sería su mundo real. El peso sobre sus hombros se había alivianado de manera exponencial. Trato todo como si se hubiera tratado de una absurda pesadilla.

La derrota solo es algo que uno mismo se puede otorgar, y sin darse cuenta, Hiro había sido derrotado, al dejar de creer en su intuición aguda.

Se sentía feliz, y no podía dejar de pensar en que sus deseos se habían cumplido. Su tía y hermano no dejaban de verlo, pues no dejaba de sonreír y ayudar.
Tomo aquel sueño como una señal, una señal de cambiar el niño egoísta y despreocupado que solía ser.

Escuchó las pisadas subiendo a su habitación. Tadashi se dejó ver tras aquel umbral.

—Hola— Le sonrió Hiro.

Tadashi sonrió al ver cómo su hermano había mejorado.

—¿Que haces?— se acercó a su hermano menor.

Observo la computadora tras la figura de su hermano.

—Programo un sistema de control de combustión.

Su hermano se sorprendió, pues era raro que Hiro usara su cerebro para hacer algo de valor.

—¿Para el café de tía Cass?

—Para la galería de la universidad.

Tadashi alzo una ceja y sonrió a su hermano.
Hiro mantenía un poco de orgullo, pero no resistió revelarlo.

—Creo que iré a la universidad— sonrió.

Su hermano soltó una risa verdadera y le dió unas palmadas en el hombro al menor.

°•Amor a nuestra ciencia•° (Parte 2)(Hiro Hamada x Oc) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora