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Desperté gracias a los reflejos del sol que atravesaban la cortina de mi ventana. Miré mi reloj sobre mi mesa de noche. Eran las 8:16 de la mañana, mi primera clase comenzaba a las 9:00.

Me levanté y dejé mi cama desordenada como siempre. Fuí a mi armario y busqué la ropa que me pondría. Terminé de maquillarme y después de arreglar mi castaño cabello tomé mi mochila para bajar las escaleras.

Al llegar a la cocina, encontré solo a mi madre sentada en el comedor. Fruncí un poco mi ceño, normalmente mis padres y yo siempre desayunábamos juntos, así que me sorprendió solo verla a ella.

— Buenos días, Soyoung. — me saludó en un tono alegre. Su humor de anoche había desaparecido por completo. Ja, mi madre siempre tan voluble.

— ¿Dónde está Papá?

— Oh, se fue a trabajar. — dijo con simpleza. Ya sabía que trabajaba por la noche, pero hubiera sido mejor que dijera "Llegó de trabajar esta mañana". A menos que haya cambiado de turno, pero no le quise preguntar y me senté junto a ella.

(...)

Cuando llegué a la escuela, una ola de sensaciones extrañas recorrió todo mi estómago. Me sentía nerviosa, ansiosa. ¿Pero por qué? No había hecho nada malo, a menos que Jaemin y Lia tuvieran ganas de discutir conmigo.

La primera clase pasó normal, la segunda también. Lo que se me hizo bastante extraño no fue ver a Jaemin por aquí. Probablemente se haya quedado a cuidar a su madre como me lo dijo ayer. Y seguramente estaría molesto conmigo por la forma en como le hablé, aunque en parte estoy segura que se lo merecía, por hacerme menos.

Salí del salón para dirigirme hacia mi próxima clase. Y cuando iba por medio camino, sentí un vuelco en mi pecho cuando miré salir a Jaemin con sus amigos. Estaba sonriente, como si lo que hubieramos hablado no hubiera pasado. Se me hizo un poco extraño, pero de todos modos fuí hacia él.

— Hola, amor. — utilicé mi dulce tono que siempre funcionaba cuando quería algo. Lo que me sorprendió fue cuando se giró hacia mí con una expresión que no pude clasificar, pero su rostro era sombrío.

— Ah, eres tú. — me miró de arriba a abajo con indiferencia. ¿Qué pasaba con Jaemin? ¿Acaso... acaso estaba molesto por lo que le dije?

— Jaemin. — titubeé, sin saber como reaccionar. — ¿Sigues molesto conmigo?

— ¿Y me lo preguntas? — me miró con incrédulidad. — Tú misma me dijiste que buscarías a otro hombre que fuera mucho mejor que yo ¿No? — eso si se lo había dicho, pero yo pensé que lo había olvidado.

— S-sí. Pero solo lo dije de broma...

— Para mí no fue una broma. Entonces ¿ya conseguiste a tu nuevo hombre o qué? — se cruzó de brazos con una sonrisa descarada. Yo solté un grito ahogado.

— ¡Jaemin, no. ¿Cómo puedes pensar eso?! A quien amo es a ti. — le tomé de los brazos como implorandole que me creyera. Nunca le había implorado a nadie.

— Pues ya no creo que sea así. Tú misma me lo dejaste en claro. Y ya no tenemos nada de que hablar. — se giró para darme la espalda e irse con sus amigos.

Yo quedé con la boca abierta. ¿Me había terminado?

De pronto escuché una voz femenina detrás de mí.

— Parece que Jaemin terminó contigo. — volteé a ver a Yeeun. Ella me sonrió con lástima, aunque por extraña razón le regresé una sonrisa incómoda.

Jang Yeeun era la chica más popular de la Universidad. Era la presidente del cuerpo estudiantil, aparte de inteligente y la mejor estudiante en su carrera de Negocios Internacionales, era considerada un estándar de belleza para la sociedad, en especial la femenina. Y como no serlo si todas las chicas querían ser como ella, incluyéndome. Era lista, agradable, buen carismas y sobre todo hermosa.

𝖢𝗁𝖺𝗇𝗀𝖾 ➸ 𝖩𝖺𝖾𝗆𝗂𝗇Where stories live. Discover now