Imagina que te has ligado un novio, luego este cabrón te abandona dejandote embarazada y a tu suerte en algún lugar de los Estados Unidos. Eso le paso a Laura.
Después de una serie de enredos y conocer a una exitosa diseñadora que busca vengarse del...
Imagina que te has ligado un novio, luego este cabrón te abandona dejándote embarazada y a tu suerte en algún lugar de los Estados Unidos. Eso le paso a Laura.
Después de una serie de enredos y conocer a una exitosa diseñadora que busca vengarse del hombre que se atrevió a ridiculizarla dejándola plantada en el altar, cansada de perder, presenta a Laura como su prometida.
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[Ella es Laura, parece noble y gentil. Aunque últimamente sus pensamientos para poder arreglar su vida son inestables sigue siendo ingenua y amable]...
Para sorpresa de muchos Laura solo tiene dieciséis años, no parece ser de buena cuna y menos saber las consecuencias del peligroso territorio en donde repentinamente acaba de meterse.
Como matando dos pájaros de un solo tiro, Rina tambien ha logrado enfurecer a su fastidiosa madre con esta revelación.
Ya que la señora de la familia, después del bochornoso incidente ocurrido en la boda no dejaba de recordarle a esta desdichada las consecuencias de su fracaso.
"Parece ser que mis logros nunca fueron suficientes para opacar lo que injustamente dicen que fue un fracaso" pensó Rina Read mientras miraba con gozo como su madre retorcía la mirada ante la locura de su hija. "Bueno, tendré que enseñarles entonces que tan bajo los puedo hacer caer" … seguía pensando mientras con burla se acercaba por detrás de las hermosa chica y con un gesto de agrado la tomo de las manos.
No le importaba que otros miraran, si querían ver era justo para todos aguantarse los comentarios.
Después de todo, la fiesta era en su honor. La protagonista era ella y de nuevo en cuestión de segundos sabia que no solo su carrera estaba sentenciada, sino tambien varios negocios en la empresa se irían sin remedio a pique.
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[Ella es Rina Read, la egocéntrica mujer que no acepta la derrota al menos que ella misma la cause]...
No era ciega, sentía que la mirada de asco y repugnancia de los presentes la juzgaban en silencio; a ella poco le importo ser vista como una depravada, lo que quería estaba entre sus manos y por eso no se detuvo a pensar en las demás consecuencias.
La joven Laura se tenso, sentía como sus pies perdieron fuerzas y pensando en que este show acababa de terminar intento relajarse. Aunque todo fue en vano cuando unos labios tan húmedos y suaves rozaron los suyos iniciando un beso que todos los presentes acababan de presenciar.
Rina por un segundo cerro los ojos y cuando sus labios se alejaron, ella miro al frente para luego darse vuelta y depositar un casto beso en la mejilla sonrojada de la chica.
El primer beso fue cálido y repentino, incluso dejo temblando las piernas de Laura temiendo la ira de la madre de Rina; pero el segundo beso la hizo dejar de temblar y la emoción de ser el blanco directo de las criticas ante las miradas acusadoras que solo murmuraban y se mofaban de aquel sin sentido, la convirtió en un tempano de hielo.
Solo se quedo callada, mirando al suelo y esperando que Rina terminara su locura repentina.
En cuanto al beso, no podía negar que para ambas, resultaba ser un beso hermoso, entregado y amoroso. Que calmo a Laura y le dio valor a Rina para consumar el inicio de su venganza.
—¡Descarada!— grito la madre sin ser capaz de moverse de su lugar.
Esta mujer miraba con repudio a la niña y la decepción al mirar a su hija no fue disimulada.
Aquel reproche las saco a ambas de su mundo.
Laura que hasta el momento seguía intentando procesar aquella locura se ruborizo ante el contacto que repentinamente Rina estaba teniendo. Ni siquiera le importo lo que la señora dijo. Sin embargo, Laura tampoco era tan cara dura para no sentir vergüenza, por eso no se atrevió a ver a la madre de Rina aunque deseaba justificarse.
Si ya la situación era incomoda para todos, ahora se había tornado aún más difícil de procesar con todos observando como delicadamente la hermosa Rina dejaba en paz las manos de Laura para llevarlas al vientre de esta adolescente.
Con un gesto de orgullo soltó su estocada final.
—¿Querías que tuviera una familia?... ¿o no?, madre—susurro mientras Laura rápidamente volteo la cara para ver a Rina, como no creyendo lo que ella diría.
"No, no puedes... no lo digas" pensó Laura sin ser capaz de exteriorizar sus palabras.
La mirada de la señora Read se poso directamente en el vientre de la chica, el estado era evidente para cualquiera que se tomara la molestia de tan solo observarla por un segundo.
—Que maldita locura estas diciendo— grito desesperada la madre de Rina mientras con la boca más que seca se atrevía a tragar saliva para terminar su frase, —¿como puede esa chica estar embarazada?
Interrogaba con indignación, mientras su mirada era dirigida al vientre de la chica.
No solo era una locura, este acto estaba en contra de la ley. Tarde o temprano esta acción tendría consecuencias.
Una mujer adulta al lado de una niña insensata, acabaría por complicar la vida de la familia hasta destruirlos.
Lo que todos ignoraban, era la verdadera intención que oculta la prestigiosa dama, que con una sonrisa descarada imponía y reafirmaba su voluntad de seguir adelante con su plan.
Porque desde que se dio cuenta de su embarazo en su mente surgió la gran idea de decir:
¡Quiero tu lugar!
Pero...
¿Puede esta intención trascender a algo más interesante?
