Capitulo 8

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—e...era... se... 

—Erase. 

—Erase una... vez... 

Verla leer tan concentrada era divertido para Wally, se acercaba al libro como si esa fuera la solución para poder entender las letras y tener una mejor fluidez para leer. No dejaba que avanzara hasta que pudiera leer el primer párrafo y eso hacía que Julie inflara sus mejillas e hiciera pucheros que lograban sacarle sonrisas.

—¿Qué dice aquí Julie? —pudo escuchar su quejido y soltar un soplido haciendo que sus mechones dorados se movieran suavemente a lo cual Wally los acomodó mientras ella seguía concentrada en el libro —¿patito?

—muy bien Julie ¿y que palabra le sigue? —acomodó su postura con cuidado y alejó el libro de su cara para que lo apoyara en la mesa —feo.

—¿ya vez Julie? Estás empezando a entenderlas —Wally amplió su sonrisa al ver esos bellos ojos verdes tintinear como si luciérnagas pasearan por el bello bosque escondido de sus ojos y luego el rostro de curiosidad, algo que sin duda ah visto en ella como varias veces en los días cambiaba su rostro —pero no entiendo ¿este es el patito?

Wally se acercó a ella dejando su rostro cerca de Julie quien apuntaba al dibujo ilustrativo del libro donde efectivamente era la imagen de una cría de pato con rasgos normales de estos.

—así es —sentir la calidez de la joven era sin duda lo más complaciente para él en esos momentos —pero no es feo.

—¿te decepcionó empezar a entender lo que quiere contar? —ella negó con la cabeza, haciendo que algunas hebras de cabello acariciaran el rostro de Wally haciendo que una vibra recorriera todo su cuerpo —no, no es eso, es solo que no entiendo que es feo en el patito, yo lo encuentro muy lindo.

Wally soltó una carcajada en un tono bajo haciendo que su voz sonara como un ronroneo, no era necesario elevar la voz estando ambos cerca del otro que lograban dar su calor corporal al otro dejando un ambiente para Julie más acogedor. Era un sentimiento que jamás se dio el lujo de sentir por estar siempre sola, en primavera y en verano lograba sobrellevarlo por sus bellas flores, pero en otoño e invierno eran insufribles eh intentaba pasar la mayor parte de las temporadas dormida para no sentir el frío que siempre atacaba al bosque.

Pero Wally hizo que fuera distinto con sus enseñanzas, podía contar hasta diez y logró entender que las diferencias del dinero con relación a si era oro, plata oh bronce y ya estaba empezando a leer los libros que por muchos años se preguntó que significaban esas líneas. Wally le había prometido que si ella aprendía a leer todo el libro de forma fluida le enseñaría unos dibujos que le dijo que se llamaban runas.

Le daba vergüenza su completa ingenuidad en todos esos asuntos, por lo que pudo entender todo lo que le estaba enseñando era básico por lo menos en relación con el dinero ya que aun existía un porcentaje de analfabetas como ella. Se sentía mal por no poder ayudar en casi nada en las cosas que hacía Wally, apenas y lavaba su ropa cuando regresaban del bosque, pero cuando se trataba de cazar, cocinar, cortar leña hasta ayudarla a recordar masticar era él quien se responsabilizaba.

La noche nuevamente daba acto de presencia y eso Wally lo noto abriendo por completo las ventanas de madera y disfrutar de la pacifica noche, era la noche ideal para hacer su locura.

—Julie —la vio reaccionar al escuchar su nombre y volteó a verlo, la luz de la luna llena sin duda alguna hacía brillar esos hermosos ojos vivos —querida esta noche haré lo que acordamos.

Vio en sus ojos el miedo, la ansiedad y los nervios mezclarse sin piedad en su interior, y volteo para abrazar su libro con fuerza.

—no quiero, no lo acepto —Wally comprendió sus miedos y se acercó para abrazarla desde atrás para acobijarla entre sus brazos y balancearse de un lado a otro para reconfortarla —entiende Julie, debo hacerlo por el bien de ambos.

Sangre de OroWhere stories live. Discover now