Capítulo 6. Muñeca

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| Emma Stone |

Me despierto asustada y ya es otro día, no, no fue una pesadilla horrible, estoy aquí, encerrada, ayer por la noche el mismo chico que me encerró aquí me trajo un plato con comida y un vaso de jugo, lo miré y solo me dijo que era mejor comer y desafiar al patrón, tengo miedo, quiero huir, correr tan lejos que no me vuelvan a encontrar, me acerco a la puerta y oigo alguien abriendo la puerta, me alejo no mas rápido que puedo, lo veo entrar y es él, el chico blanco de mirada fría, Christopher, me mira y solo giro mi rostro asustada, no sé que va hacer no tengo idea y esto me abruma, lo oigo suspirar y apreto mis ojos como si tuviera un super poder que me pudiera sacar de aquí.

— Mira yo no te haré mal, tranquila. —su voz es pesada y ronca— te traje el desayuno, creo que te gustan los pancakes, ¿Verdad?— cuestionó.

— Sí... —le contesto en un hilo de voz—

— Entonces come, ya se hace tarde.

— Quiero irme a casa con mi padre, déjame ir. —le digo suplicando y me mira, siento un frío en mi cuerpo y me encojo más como si pudiera desparecer—

— Mira yo quiero eso tanto como tú, pero es algo que no va pasar así que mejor empiezas a acostumbrarte porque tu vida ya no será la misma.

— ¿Acostumbrarme? ¿Nunca voy acostumbrarme a eso? Esto es cosa de bárbaros. —digo molesta y veo como se acerca con furia en la mirada—

— Yo voy a decirte que es una cosa de bárbaros, esto todo es culpa de tu... —piensa mejor y no termina la frase— ¿Sabes que? Mejor come de una vez, no vaya ser que desmayes de hambre. —cierra la puerta de una y lo oigo cerrar con seguro ¿Por qué no la olvidó joder? Miro por la ventana y estoy en el segundo piso, es alto pero creo que puedo arriesgar. —

«No creo que sea buena idea, Emma»

«El que no arriesga no gana»

« ¡Oh vamos! ¡Salta de una sola vez! »

Me armé de valor y subí en una pequeña caja de madera que se encontraba cerca de la ventana, con impulso salté hasta el borde. Tragué en seco, esto podría llegar a ser muy peligroso.

« ¡¿Qué esperas?!»

« tu puedes, tu puedes, tu puedes»

Cerré los ojos y me empujé conmigo misma. Llegué hasta el suelo dándome un gran golpe, pero era momento de correr.

Con poca fuerza me levanté del suelo y empecé a moverme hasta el bosque. Mi corazón latía a mil por segundo y mi respiración era agitada, sentía como mi cabeza iba a estallar y ni hablar de mi brazo, todo el peso cayó en él y me duele mares. Estoy cerca de la salida, de mi libertad, no lo puedo creer, voy a lograr, lograré escapar....

¡No! ¡No puede ser! ¿De donde vinieron? ¡¿Cómo es posible?! El chico de ojos verdes me agarró en sus brazos con fuerza, mismo que intente patear no veo manera de como poder salir de su agarre. Grité con fuerza para que me suelte pero de nada resultó, el chico parecía una roca de tan fuerte y tenso, me jugó otra vez en mi prisión y me caí mal...

Mi cabeza aún dolía, supongo que ayer me di un buen golpe. No sé las horas, no sé cuanto he dormido y llorado, sólo sé que tengo que salir de aquí no puedo aceptar seguir aquí, seguí buscando otra forma de escapar y oí la puerta abrir, me paré en mi lugar y otra vez es él, entró y miró mi cara de pánico y nunca estuvo tan cerca de mí como en aquél preciso momento, me alejé un poco pero se volvió a acercar, es esto es esta la forma por la que moriré, por la manos de un extraño y muy guapo chico.

— ¿Qué es lo que tienes en tu puta cabeza? ¿Acaso no has oído nada de lo que te dije? ¿Pretendes morir o qué? Dije que tenías que aceptar tu nueva situación ¿Y que es lo primero que haces? ¡Intentar escapar! —me dice caminando de un lado a otro muy pero muy molesto sus rostro es tenso y sus ojos son fríos con destello de fuego en ellos, pasaron de un miel a oscuros como la noche, solo me cruzó de brazos y bajo la mirada, no quiero seguir viéndolo, me causa terror— Joder, puedo oír tu corazón latir— se quejó.

— ¿Será que puedes controlarte de una puta vez?

— Yo nunca voy a controlarme, nunca voy a conformarme, ¿Qué mierda tienen conmigo? no les hice nada.— dije mientras forzaba con el chico de ojos de color, pero así mismo, no funcionó, él era mucho más fuerte que yo.

— Deberías quedarte quieta

— ¡No me jodas! ¡Déjame!

gritaba y pateaba con la esperanza de que alguien viniera a salvarme pero él solo empezó a llevarme nuevamente para el infierno. Intenté no derramar lágrimas, pero me fue imposible, la desesperación me está haciendo una mala jugada.

— Deja de lloriquear— se quejó nuevamente, yo no le hice caso— niña, ¡Te estoy hablando!

— elevó su voz, yo agaché mi cabeza, quiero estar en mi casa, ¿Qué va ser de mí? La preocupación me está matando.

— ¡¿Pero qué haces?! — gritó una voz masculina mientras se acercaba a nosotros, alcé mi mirada y estaba el chico que me hablaba de los valores y toda esa mierda. Se notaba muy molesto, su ceño era fruncido y sus puños estaban completamente cerrados, podía notar sus venas que parecía irse a reventar— déjala

— Pero, Christopher...— habló el de los ojos de color, el tal Christopher lo interrumpió.

— ¡Eh dicho que la dejes, Erick!— gritó nuevamente, yo me sobresalté— Ahora, la soltarás y te irás para la casa, yo me encargo de ella.

El chico asintió y en cuestión de segundos desapareció. El castaño volvió a verme, su semblante era serio todavía, yo limpiaba mis lágrimas.

—Chica, deja de llorar, nadie te está haciendo algo.— dijo y lo miré mal.

— ¿Nada? ¿Te parece poco que me tengan en un lugar en donde no quiero estar? ¡Eso es secuestro!

— No lo es, muñeca, y hablando de "un lugar en donde no quieres estar" tenemos que volver. -¿muñeca me llamó muñeca? ¿Y a este tipo que le pasa?-

—¡No quiero ir a ese feo lugar! ¡Es espantoso!

— Fíjate que no te estoy preguntando, te estoy diciendo que tenemos que volver y será ¡ahora! Si no te importas con tu propia vida piensa un poco en la de tu padre, porque el mío no es de dar segundas oportunidades.— Bajé mi cabeza y asentí, no me quiero ganar más problemas aunque lo único que quiero es darle una gran patada al castaño que tengo enfrente pero cuando habla de mi papá siento una punzada en mi corazón y me quedo resignada en mi insignificancia, lo acompaño adónde sea. — ¡Muñeca!— lo escucho llamarme, yo iba adelante de él con una distancia media, volteé a verlo con fastidio, rodé mis ojos y le dije:

— Tengo nombre y es Emma, imbécil. — él dejó salir una risa burlona mientras se acercaba a mí con los brazos cruzados, al parecer, dejará salir uno de sus comentarios sarcásticos y estresantes.

— ¿Acaso te lo he preguntado?— cuestionó sin haber dejado su sonrisa, yo guardé silencio, tuve razón— sí, eso creí...— y cuando creí que se quedaría callado por un momento, se acercó a mí, a unos pocos centímetros de mi cara—... muñeca— terminó la frase. Con fuerza lo alejé de mí para después mirarlo mal.

— Ya cállate, no me sigas diciendo así.

— No lo haré, pero eso no iba a decirte. Escúchame bien — se acercó nuevamente y me tomó de la cara con agresividad— quiero que sea la última vez que intentas escapar, la próxima no te irá bien a ti, ni a tu papito, ¿Entendido?— lo miré con furia, él de la misma manera soltó mi cara.

«Maldito infeliz» pensé. 

Amor Sobrenatural || Emma Stone & Christopher VélezHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin