𝟶𝟷

270 36 21
                                    

𝟶𝟷. 𝙴𝚜𝚘 𝚏𝚞𝚎... 𝙸𝚗𝚎𝚜𝚙𝚎𝚛𝚊𝚍𝚘.

[𝟾 𝚍𝚎 𝚂𝚎𝚙𝚝𝚒𝚎𝚖𝚋𝚛𝚎]
  (𝟷𝟾:𝟻𝟺 𝚙𝚖)

◇ 𝚂𝚙𝚊𝚛𝚝𝚊 ◇

  —Eso fue todo por hoy. Ya puedes retirarte —le dije al alumno —. Recuerda tomar las pastillas cada día después de las seis de la tarde y antes de comer.

  —Claro, muchas gracias —dijo mientras se levantaba y se iba tranquilamente.

  No pasaron ni diez minutos hasta que unos de mis compañeros de trabajo entró en donde yo me encontraba. Ni lo mire, solo me concentre en mi cuaderno.

  —¿Ahora no saludas a tus amigos? —me dijo. Escuchaba como se acercaba poco a poco.

  —Vete. Quiero un poco de paz.

  —Oh vamos, Sparta. Estas trabajando en una secundaria con pendejos de 13 a 17 años. No tendrás paz nunca —apoyo las manos en mi escritorio. Levanté la mirada —. Además, te la pasas todo el día aquí ¿Qué te parece si vamos a tomar algo?

  —Me gusta estar aquí, así que vete —puso los ojos en blanco y se sentó en frente mío —. No doy terapia a ningún adulto de esta escuela —le recordé.

  —Solo quiero hablar contigo —deje mis cuadernos a un lado y lo mire —. Gracias.

  —Solo habla.

  —De acuerdo. Sonará loco pero necesito que hoy te quedes hasta tarde —lo mire mal. No podía hacer eso —. Solo hoy. Te daré una parte de mi sueldo si lo haces.

  —No lo haré, Mike. Tengo el casamiento de mi hermano y no pienso llegar tarde —me miro sorprendido.

  —Oh... Cierto. Lo lamentó, me había olvidado —se levantó de su asiento y se acercó a la puerta, apenado.

  —No hay problema —trate de sonar amable pero algo en mí no me permitió sonreír para no parecer molesto.

  —Espero todo salga bien y me alegro por Víctor —dicho eso se fue rápidamente, sin darme tiempo a agradecerle o decirle un "adiós".

  Me levante de mi silla para guardar algunas cosas en mi mochila, en una hora ya tenía que irme para comprar el regalo... Sí, lo sé, debí haberlo comprado antes pero mi agenda siempre está llena, literalmente.

  Termine de guardar la mayoría de cosas y escuché como tocaban la puerta. Solo pude murmurar un insulto y decir, en voz alta, que pasará quien quiera que sea.

  Una preceptora entró a mi Oficina. Le sonreí un poco para parecer amigable, no por que me cayera bien.

  —Hola, Sparta —me dijo mientras se acercaba rápidamente a mí, con tono coqueto — Oh, ¿Ya te vas? —pregunto.

  —Sí, es que tengo un par de cosas que hacer.

  —Me enteré que será el casamiento de tu hermano mayor —rodeó mi escritorio para acercarse a mí y con una de sus manos me acomodó mi ropa, en un estúpido intento de seducción — ¿Iras con alguien?

  —No.

  —¿Y no quieres que te acompañe? —me sonrió inocentemente. Quité su mano de mi ropa y me di media vuelta.

  —No quiero que alguien me acompañe y menos tú.

  —Agh, por favor, Sparta... —se quejó —. No puedo creer que seas tan frío con todos aquí, ¿Cual es tu problema?

  —Déjame en paz.

  —Así nunca conseguirás pareja, idiota —se dio la vuelta y se fue hasta la puerta.

ʚɞ Light shower ʚɞWhere stories live. Discover now