3 (TERCERA SEMANA)

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Semana 3
"Tal parece que querernos... no es suficiente"

La vi caer de rodillas, cerrando esos ojos verdes que solían estar tan llenos de vida, y traté de mantenerme firme. No debía dejar que él viese la debilidad que se podía causar en mí tan fácilmente. Tantos años entrenando juntos tenían que servirme de algo: cuando era necesario había que pelear, pero una parte de mi corazón creía que si despertaba y se daba cuenta de que había acabado con ella, la culpa lo mataría... y me negaba a perder a otra persona. No en el mismo día.

Levanté los brazos, preparándome para defenderme de nuevo. Coloqué la daga y me mantuve en espera, dejando que él empezase.
Mi hermano no podía haber perdido toda su humanidad, yo no podía haber perdido a mis dos personas favoritas, las que habían luchado desde pequeños a mi lado, en tan solo 1 hora. Tenía que haber alguna solución, las hermanas de sangre seguro que tenían alguna cura.

—No vas a salir de aquí. —dije seria. La mano estirada de mi hermana pequeña me perseguía por el rabillo del ojo pese a que trataba de enfocarme en el peligro.

Su risa ante mi afirmación... fue horrible. Su voz no sonaba humana y tuve que cubrir mis oídos ante el dolor.

Bajar la guardia fue mi primer error. Creer que seguía siendo mi hermano y podía salvarle, el segundo.

La parte positiva es que solo sentí el viento rozarme por su velocidad. Mi pelo rubio se cubrió en sangre a su paso y me hundió una sensación de sueño.
Caí al suelo mirándolo y tardé unos segundos en notar que no era sueño; simplemente estaba muriendo.

—Tal parece que querernos... no es suficiente —murmuré despacio, viendo como lo que quedaba de mi hermano salía corriendo, huyendo del lugar, dejándome sin posibilidades de detenerlo.

Giré la cabeza hacia nuestra pequeña y me di cuenta de que nuestras manos estaban cerca, podía agarrarla y no la perdería para siempre.
En nuestra familia se decía que si moríamos así, estaríamos juntos en nuestro infierno personal. Definitivamente no podía dejarla sola, él no me lo habría perdonado.

Alargué mi brazo para alcanzar su mano, pero antes de llegar todo se volvió negro. Se había acabado y no había podido salvar a ninguno.

La tercera semana. Últimamente no me siento animada con escribir y quizás no ha salido tan bonito como debería.

¡Espero que aun así os haya gustado mi relato! Gracias por leer y darle estrellita

RETO DE ESCRITURA (SAM & NOË)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora