Capítulo XXVI

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105 estrellas + 25 comentarios para continuación de la historia⭐

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¿Qué donde estoy ahora mismo? Es una buena pregunta... Estoy en Austria.

-Allegra,debes contárselo a tu padre en cuanto vuelva- dijo Susie acariciando mi mano con delicadeza.

-Cómo puedo decirle algo como eso Susie? Ni siquiera hemos hablado después de lo de Charles... Y todo para que al final él tuviese razón; Charles no era el indicado para mí- mi voz sonaba entrecortada y realmente frágil,como si del cristal se tratase.

-Toto ha entrado en razón durante este tiempo Allegra,hasta ha comenzado a ir al psicólogo. Quiere ser un buen padre para ti- murmuró sin apartar su mirada de la mía.

-Es un poco tarde,no crees?- pregunté riendo ligeramente.

-No creo que sea tan tarde,al fin y al cabo... Has aceptado su propuesta de pasar aquí algunos días antes de Singapur,eso significa que tu corazón está dispuesto a perdonarlo. Permítele a tus oídos escucharlo y a tus ojos ver que,en el fondo,es un buen hombre que aún está aprendiendo a ser buen padre ahora- cogió un rebelde mechón de mi pelo y lo puso detrás de mí oreja, apartándolo de mi rostro.

-Gracias por escucharme Susie...- agradecí sonriendo.

-No tienes porqué darlas Allegra. Sé que no soy tu madre y tampoco pretendo serlo pero,al fin y al cabo,soy la mujer de Toto y ahora somos familia,así que actuemos como tal. Siempre podrás contar conmigo- se acercó a mí y me estrechó contra su pecho.

Dejé que sus brazos me envolviesen varios segundos hasta que el sonido de la puerta principal abriéndose hizo que nos separásemos.

-Susie,cariño,ya estoy en casa- Toto acababa de llegar a la sala de estar y una expresión de sorpresa se formó en su rostro al verme allí- has venido...

-Sí,debemos hablar- aseguré levantándome del sofá,quedando frente a él y su gran figura.

-Bueno,yo iré a hacer la comida,si me necesitáis,estaré en la cocina- Susie nos guiñó un ojo antes de irse y abandonar la sala de estar, dejándonos a Toto y a mí solos en ésta.

-Allegra... Te voy a ser totalmente sincero porque odio que estés enfadada conmigo- tomó una gran bocanada de aire y cerró los ojos antes volver a hablar- Lo siento. Sé que he sido un padre de mierda desde que naciste,que todo lo que he aportado a tu vida ha sido dolor. Lo que hice con tu madre y contigo... Fué horrible,y de verdad que todos los días me castigo a mi mismo mentalmente por no haber estado ahí cuando más me necesitabais,cuando ella cayó enferma. Sé que llevo ausente toda tu vida y que quizás estarías mejor sin mí pero solo quiero que sepas que,lo que te dije ese día en mi despacho... No es verdad. A pesar de que tu nacimiento cuadrase con mi peor racha,me alegré como nunca por ser padre junto a Lucille. Eras tan hermosa... Te parecías tanto a ella...- sonrió al recordar el rostro de mi madre- cuando ella me dijo que había enfermado de cáncer sentí que el mundo se me caía encima,de hecho, fué ahí cuando me pidió que cumpliese mi figura como padre y cuidase de tí. No podía dejar de pensar que terminaría perdiendo a tu madre,me negaba a aceptar que eso pasaría,así que me refugié en mi trabajo. Me negué a cuidarte porque me recordabas a ella; tu físico,tu manera de ser,como sonreías... Dios Allegra,siempre fuiste la réplica de Lucille. Cada vez que te veía junto a ella no podía dejar de pensar que sería la última vez que os viese juntas y cuando decidió irse contigo a Londres... Mi corazón se rompió en pedazos porque sabía que su último deseo antes de morir era ese;volver a su ciudad natal. En ese mismo momento supe que no le quedaba mucho.

Mon monsieur•Charles Leclerc (LIBRO 1)Where stories live. Discover now