capítulo 2

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Resuena la alarma en tocador y estos marca el inicio de un nuevo día, me ocupo de los deberes que debo realizar a darío; tengo que asistir a la universidad a las 11am.

La historia de la abuela Rosa ronda constantemente mis pensamientos, quizá me de tiempo de pasar por su casa y retomar la conversación que tuvimos ayer.

Me encargo de todo lo más rápido posible y el resultado es que después de 20minutos estoy en la pequeña sala de la casa de mi abuela con una taza en las manos y ella sentada al frente.

— ¿Por dónde nos quedamos ?

Sus ojos conectan con los míos, me coloco derecha, ansiosa por escuchar más.

— Estaba por contarme que paso después de su nacimiento.

— Ya lo recuerdo — Sus ojos se arrugan al sonreír.

Margarita debía presentar a la niña a su supuesto padre, cuyo padre rubio de ojos claros miro a la pequeña niña, morena, de cabello negro y apenas unas 3 semanas de haber llegado al mundo.

— Está es tu hija Alfonso — acerca a la niña a su rostro — Es preciosa.

Alfonso aprieta los labios y toma dos pasos atrás dejando a Margarita disgustada.

— Eso — Señala — No creo que sea mío.

— De que estás hablando — Margarita frunce el ceño tratando de recuperar la compostura.

— Como me traes a una niña que no se parece en nada a mi — Alfonso enreda sus dedos en su cabello rubio.

— Tienes que hacerte responsable — de los ojos de Margarita cae una lágrima traicionera — ya tengo tres niños, necesito que me ayudes a criar a esta.

— ¡Fue tu decisión tenerla! — la única empleada que quedaba en la casa huye del lugar donde ocurre la pelea — si estabas pensando que te iba a dar dinero estás muy equivocada, eso no es mío.

La pequeña Rosa comenzó a llorar como si en ese momento supiera que estaba siendo rechazada; Margarita y cae a los pies de Alfonso.

— Por favor — sollozos se escuchan en el lu ungar — Es tuya.

Alfonso mira a la mujer que en algún momento le pareció atractiva, una mujer con la cuál solo quería divertirse pero no sabe en qué momento las cosas comenzaron a ir mal.

— Le daré mi apellido y nada más, ahora levántate, la niña aún es muy pequeña.

Rosa aún lloraba en los brazos de su madre; por lo menos la niña sería reconocida y quizá más adelante se encariñé con ella, podría obtener un poco de dinero y comodidad.

— Gracias Alfonso, por lo menos Rosa será una niña reconocida, en el futuro no será rechazada por el pueblo, ya verás como dentro de poco tiempo te encariñas con ella.

— No te hagas falsas esperanzas, solo lo hago por esa pobre criatura, ella no tiene culpa de lo que su madre pueda ser.

Margarita presiona sus labios y uno de sus nudillos se tornan pálidos.

— Necesito un poco de dinero para...

— Te dije que no te daría nada más, se que esa niña no es mía, lo único que obtendrá es mi apellido y me iré de este pueblo dentro de pocos días.

—¿Qué?

—Como lo estás escuchando, espero que te vaya bien y no me busques.

Alfonso se marcha dejando a atrás a Margarita y la pequeña Rosa.

— ¡Alfonso!

Su nombre es que lo último que escucha de los labios de la un día fue una mujer divertida y con la cuál no quería ningún compromiso, no tiene arrepentimientos, pero por alguna razón no puede dejar de pensar en la bebé que llevaría su apellido, solo esperaba que la niña creciera sin problemas y no fuera igual a su madre.

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⏰ Last updated: Sep 18, 2023 ⏰

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El Latido De Un Corazón 🌹Where stories live. Discover now