¿Esto era dolor?, hace cuánto que no lo sentía? ¿siglos? ¿milenios?, no lo recordaba, tal vez ni siquiera lo había sentido antes. Desde su nacimiento, su único entretenimiento fue pelear, sentir como su corazón bombeaba sangre a través de todo su cuerpo, bombeando adrenalina a cada célula de su cuerpo.
Pero antes de que cumpliera los doscientos años, ese sentimiento fue desapareciendo lentamente hasta que, de repente se esfumo por completo, ni siquiera se había dado cuenta de cuando dejo de sentir emoción en las peleas y con eso.
El vacío en su interior solo creció más con cada milenio que vivía, y con ella creciendo lenta pero constantemente en poder, solo podía esperar que su vida solo podía volverse cada vez más insoportable
Esos habían sido sus pensamientos... hasta ahora, tener tal encuentro con un rival a la altura que no muriera ni fuera derrotado por un simple movimiento de su martillo era una experiencia embriagadora que le incitaba a dejar de contenerse y usar todas sus fuerzas para conseguir de la victoria, una victoria contra alguien que por fin valía la pena.
Y, sin embargo, parecía que todo su poder era insuficiente para hacerle frente, eso era algo imperdonable, por que años de su sufrimiento silencioso le hicieron prometerse a si misma que si algún día encontraba a un oponente que valiera la pena, haría lo imposible para que ambos quedaran satisfechos, y no caería hasta lograrlo.
Así que honraría a este hombre rompiéndose cada uno de sus huesos, peleando hasta su último aliento.
Con fuerzas renovadas, la diosa del trueno apretó la empuñadura de su martillo, con tanta fuerza que podía sentir su martillo crujir.
- ¿sabes que cuando las personas sienten dolor no deberían estar felices verdad?-la voz de naruto le preguntó con genuina curiosidad al ver como la diosa prácticamente estaba gimiendo de emoción, en vez de estar retorciéndose de dolor como lo hubiera hecho cualquier persona normal, aunque pensando un poco más, el hombre llego a una conclusión- ¿eres masoquista?-sus ojos se abrieron cómicamente
Thor lo ignoró mientras llevaba su mano libre a su pecho, y palpaba su pecho herido como si recién estuviera descubriendo una nueva función de su cuerpo.
La sonrisa que se formó en su rostro respondió la pregunta del rubio que quedo un poco sorprendido por el actuar tan desvergonzado de la diosa, mientras que en las gradas los dioses miraban atónitos la forma de actuar de Thor
-eres extraña- naruto no pudo evitar mirar como la diosa se seguía acariciando con una extraña sonrisa que estaba entre una sonrisa lujuriosa y una sádica.
-eso dolió, mucho-su apenas audible susurro llego a los oídos del dios rubio que solo pudo sonreír con confianza.
-y hay más de donde ha venido eso- empezando a divertirse por el extraño actuar de la diosa, apuntó la palma de su mano hacia la mujer
–corta– cientos de cuchillas de viento cortaron a la diosa en cuestión de milisegundos, que aún aturdida y sin tiempo ni espacio para esquivar no pudo hacer nada más que recibir el ataque de lleno
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