Capítulo 5: Bajo un recuerdo distante

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Capítulo 5

Bajo un recuerdo distante

Sus alrededores se volvieron totalmente verdes, el viento volvía a aumentar para refrescar sus cansados cuerpos por los kilómetros que habían recorrido.

Un sentimiento extraño provocaba que Sabrina se sintiera rara, puso sus manos sobre su abdomen y su saliva aumentaba en su boca cada vez más.

Su estómago empezó a dolerle. ¿Qué era este sentimiento extraño?, se sentía vacía.

—¡Tengo hambre! —Sabrina rugió para detenerse y no seguir caminando.

Un apetito voraz entraba en acción, habían estado caminando por mucho tiempo.

Desde que llegaron al parque, no se detuvieron, y las piernas de aquella chica estaban cansadas por la larga caminata.

Jeff, solo la ignoraba ante sus quejas sobre donde pararían para almorzar.

De pronto, la naturaleza a su alrededor comenzó a obtener un ambiente más invernal, pero, se seguían viendo hojas naranjas y amarillas en los árboles.

En ese instante, su visión se posó en una muy acabada, pero cómoda, cabaña.

—Mira, descansaremos ahí —Dijo Jeff mirando  esa cabaña.

Sabrina no pudo más, salió corriendo a la cabaña para acabar destruyendo la  puerta de una patada asustando a Jeff.

Jeff se espantó, podría haber alguien dentro y no se darían cuenta, por lo que, corrió hacia aquella problemática chica.

Le gritaba a Sabrina alejarse de ahí, si es que no mató a alguien con todos esos pedazos que se dispararon  en el interior.

Ella estaba ahí, sin moverse. Su rostro y su aura llenaban el lugar de nostalgia, entró lentamente a la desolada cabaña.

Lo que encontró fue un suelo polvoriento, las ventanas estaban rotas, y las paredes, al igual que una mesa, fueron afectadas por el pasar de los años.

Incluso, vio un sofá que parecía ser insalubre, sin embargo, eso no fue lo que llamó su atención.

Su sorpresa fue al ver en la pared el retrato de una señora sentada, y en sus piernas tenía cargada a ella de pequeña.

—¿A–abuela? —Tocó el cuadro con la punta de sus dedos.

—¡No deberías entrar así a la casa de otra persona!, ¿Qué ocurre? —Jeff entró y se paró a su lado.

—Esta, esta señora es mi abuela y...quien está sentada en sus piernas, soy yo —No dejaba de abrir sus ojos.

Ante el retrato de su niñez, no dudó en tocar el rostro de su difunta abuela. Jeff se dio cuenta de que este era un lugar sagrado para ella o al menos importante.

Muchos recuerdos con aquella mujer bombardeaban la mente de Sabrina haciéndola llorar.

Al mismo tiempo, iba a una puerta que estaba a su derecha, y tras abrirla, se encontró con muchas cajas.

Una de ellas llamó más su atención, al abrirla, se encontró con un par de guantes negros con una estrella blanca bordada en cada una.

Su sonrisa quería romperse junto a sus lágrimas. La textura de esos guantes traían más cosas a su mente haciéndola salir rápido de la casa con Jeff hacia el jardín, donde escuchaba voces que la llamaban.

Aquellas voces no venían de ningún lugar, solo venían de su mente.

Los ojos de la maga brillaban por una luz morada. Más recuerdos de aquel hombre se manifestaban en su mente.

Shadow: El Heredero Sombrío parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora