Lujuria [ROMANCE 4] [Vol.1: Terminado - Vol.2 - 01/Septiembre.]

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐂𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨

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ᴄᴀʟɪꜰᴏʀɴɪᴀ
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Había dormido poco, creo que puedo decir que ha sido una de las noches más largas que he tenido.

Justo cuando estuve a punto de fijarme en la hora se activó la alarma, por suerte llegué a organizar todo el fin de semana, de haberlo dejado para último momento no lo hubiese conseguido.

Revise las notificaciones que tenía pendientes, varios mensajes sin leer, he incluso uno suyo.

«♥MANITAS♥»

Cloclo: Ay bebé cuanto lo siento, nunca llegaría a pensar que Enrique fuese capaz de eso. Una vez más queda demostrado que las apariencias engañan.

Sash: Mejor dilo bien, Cloe, es un hijo de perra, si le importo tan poco su relación de dos años entonces que se vaya bien a la mierda y que se muera en el proceso, no se merece que lo quieran, y mucho menos que lo respeten. ¿Para qué se responsabilizan tanto en una relación si lo que quieren en festejar de coro en coro?... ¡Ahhhh! Puto idiota.

Cloclo: Ufff, se acaba de ganar dos enemigas, te juro que lo veo y me le voy encima.

Cloclo: Pero vas a estar bien bebé, tu llora, desahógate, vete a california y pásala bien.

Sash: Sí, eso, y ten mucho sexo, acuéstate hasta con tu jefe, sin remordimiento mi vida, yo te apoyo.

Cloclo: ¡Sí!

Claramente que con seguir sus consejos solo me buscaría la ruina, ¿acostarme con mi jefe? El señor Meyer era un veinte de diez, eso estaba clarísimo, pero ¡es mi jefe!

Dude un instante en si leer su mensaje, pero tan solo tenía la curiosidad de ver lo que ha escrito, porque ni loca volvería con él.

Enri♥: Me gustaría hablarlo cuando te relajes, te alteraste y evidentemente tomaste una decisión por los dos.

No le respondí, tan solo cambié la manera en cómo lo tenía agendado, ya no éramos nada, por lo que no me agradaba seguir teniéndolo así.

Baje de la cama y arrastrando mis pies entre al baño, deteniéndome frente al espejo... Mis ojos lucían cansados, incluso diría que un poco hinchados.

Me lave los dientes y entre a la ducha para tomar un baño rápido, me envolví en una toalla y me pare frente al espejo, me aplique una crema hidratante para la cara y desganada recogí mi cabello en una coleta alta y envuelta, ni siquiera me preocupe en que luciera bien. No tenía ánimos de eso.