11𒊹︎︎︎

22 2 0
                                    


Narra ____

Cinco me correspondió, y ahora soy su novia. No puedo creerlo, es algo que nunca creí que pasaría. Se siente bien esto, me siento enamorada, y mi corazón no para de latir.

—No puedo creer que seas mi novio — pensar en ello hace que saque una sonrisa.

—Yo no puedo creer que la chica que amo desde los 11 esté conmigo, y espero que sea así hasta la muerte.

—Pues lo estaremos hasta en nuestras próximas vidas — lo abrazo, pongo mi cabeza en su cuello, siento cómo sube su mano a mi cabeza y me rodea con un brazo la cintura.

—Te quiero mucho, número ocho.

Sus palabras se sintieron tan sinceras, que hizo que mi corazón empezara a palpitar.

Si nos hemos dicho que nos queremos demasiadas veces, hasta nos hemos llegado a decir "te amo".

Pero esta vez es distinto, es diferente, siento como el sentimiento de esta palabra abraza mi corazón de una manera tan irreal, una manera mágica, que hace que me sienta la persona con más suerte en este momento.

(...)

—Entonces, ¿lo de ustedes ya es oficial?

Me coloqué mi labial para poder tener tiempo y no responderle de inmediato, pero sentía las fuertes miradas de Klaus y Ben.

—Bueno, pues eso es lo que le dije.

Klaus soltó un grito de emoción que literalmente casi hace que Ben se caiga del susto.

—No grites de esa manera, pareces loco — espetó asustado.

—Después de tanto tiempo — se acercó, y me tocó los hombros sacudiéndome — por fin estás en tu época lover — me soltó y se fue hacia Ben —Recuerdas que te dije que terminarían juntos, cuando recién vino esta pillina a la academia, yo lo manifesté.

Ben lo miró raro.

—Claro que no, fui yo quien te lo dijo.

—No mientas, Benibu, sabes que yo soy el brujo acá — Klaus me sonrió —Lo dije yo.

Ben giró los ojos divertido.

—Bueno, es una lástima también — comentó Klaus con una mirada de decepción.

—¿Por qué? — Preguntó Ben, mientras yo veía a Klaus en duda.

—Ya no podremos casarnos, tú ya tienes tu ser amado, ya no podremos seguir creando nuestro amorío.

—Entre ustedes no había ningún amorío, Klaus — recalcó Cinco, apareciendo de la nada.

—Toca la puerta antes de entrar — mencioné con una pequeña sonrisa en mis labios al verlo.

Klaus lo miró con una cara de molestia.

—Eso piensas tú, pero yo y ___ teníamos sazón juntos — reí ante su comentario.

Cinco solo lo ignoró y yo me puse roja cuando se acercó a mí para darme un beso en la mejilla.

Miré a Klaus y Ben avergonzada, pero ellos hicieron como que no vieron nada, mientras se veían con una sonrisa.

—Por fin nuestro pequeño Cinco ha descongelado ese corazón, nunca pensé que viviría para ver este maravilloso momento — mencionó Klaus con una sonrisa y las manos juntas.

—Cállate, Klaus — le dijo Cinco, poniendo los ojos en blanco.

(...)

Clase de Química, la clase más aburrida, y cansada. Lo bueno es que el profesor nos puso en grupo, con Klaus y Allison. Klaus se pasó toda la clase hablando del profesor de química, en realidad, los dos nos pasamos hablando de eso, haciendo reír a Allison.

Al terminar la clase, Klaus y yo seguimos hablando de eso, mientras echábamos una que otra risa, cuando veo que mi querido novio se acerca y veo cómo Klaus se aleja para dejarme con él.

—¿De qué tanto se reían? — preguntó con una sonrisa.

—Nada, nada relevante.

—¿Qué tal la clase?

—Qué te puedo decir, aburridísima.

Él simplemente me ve con una sonrisita y me toma de la mano para ir caminando hacia su habitación.

—¿Te gustaría salir a dar un paseo? — pregunta mientras se acerca a mí.

—Claro, pero ¿papá no se dará cuenta?

—Claro que no, iremos con cuidado, regresaremos para la cena.

—Bueno, ya deja un rato. Voy a ponerme unos pantalones, no quiero salir con el uniforme.

—No te preocupes, linda, yo te espero.

Fui a mi habitación, rápidamente busqué en los cajones algún pantalón cómodo y una camiseta para poder salir. Me cambié lo más rápido que pude y fui a la habitación de Cinco.

—Ya estoy lista, vamos — se acercó a mí y me tomó de la mano, para teleportarnos al callejón.

—Vamos.

Empezamos a caminar fuera del callejón en donde nos teleportamos, mientras sentía cómo dejó de tomar mi mano y pasó su mano por encima de mi hombro.

—Me gusta mucho estar así contigo — me dijo con una sonrisita.

—A mí también — sonreí y abracé su cintura.

Es tan bonito estar con él, me siento feliz a su lado. Amo ver su sonrisa.

Se siente tan dulce, saber que nos queremos, que con solo una mirada nos decimos todo.

—¿Quieres comer algo? Traje dinero para comprar algo.

—Claro, vamos por unos helados.

—Ya.

Caminamos hacia una heladería, la más cercana en realidad.

Al llegar, hicimos nuestra fila.

—¿De qué sabor pedirás tu helado, linda?

—Quiero un helado de menta con chocolate.

Vi cómo hizo una mueca de asco, a lo que yo le di un golpe en su brazo.

—Ay, es que no sé cómo te puede gustar la menta.

—Si es rico, sabe refrescante.

—Sabe a pasta dental.

—Bueno, como no te gusta lo que comeré, tú ya no podrás besarme — levanté los brazos con pena, a lo que él frunció el ceño.

—¿Y eso por qué?

—Pues mi boca sabrá a menta y a ti no te gusta.

—La menta sola no, en tus labios puede que sí — dijo para acercarse a mis labios y darme un pico. Yo solo reí y le di un pequeño abrazo.

Después de unos largos minutos esperando, tocó nuestro momento de ordenar.

—Buenas, ¿de qué sabor van a querer su helado? — preguntó la señorita que nos atendía.

—Me da uno de pistachos y vainilla — dijo Cinco.

—Mmm, yo quiero uno de menta y chocolate, por favor.

—¡Qué asco! — susurró mi novio a mi oído, ganándose un golpe de mi parte.

Vi cómo la chica que nos atendía rió un poco.

—Serían 3 dólares por los dos helados.

Cinco sacó dinero y se lo dio a la señorita.

Luego fuimos a recoger nuestros helados y nos fuimos a sentar en una mesa.

—___? — escuché que alguien llamó a mi nombre, al voltear me encontré con Steve, el chico que me gustaba en el orfanato.







𒊹︎︎︎☼︎𝐋𝐎𝐂𝐎𝐒☼︎𒊹︎︎︎ ☕︎𝐶𝑖𝑛𝑐𝑜 𝑯𝒂𝒓𝒈𝒓𝒆𝒆𝒗𝒆𝒔Where stories live. Discover now