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Mi vida era de lo más cotidiana y normal posible, realmente estaba bien con eso, me gustaba saber que el día de mañana repetiría la misma rutina del día anterior sin llevarme una sorpresa  que pudiera desequilibrarme.

Creí que sería así hasta el fin de mis días pero de repente llega el cambio, con nombre y apellido incluidos: Isabella Swan, Bella, una chica que no sabía que pondría mi mundo de cabeza, quién se convertiría en una de mis mejores amigas, quién gracias a ser un imán de problemas andante pude descubrirme a mi misma, por la cual estuve en una guerra y un sinfín de cosas que aun se me hacen difícil de asimilar.

Todo comenzó en un día que parecía ser cualquier otro en Forks.

Al llegar a la escuela estacione la motocicleta, algo llamo mi atención, algo estaba fuera de lugar entre los coches de tonalidades oscuras de siempre; una camioneta qué resaltaba por su color entre los demás, tal vez porque no la recordaba fue que me le quede observando unos segundos.

Seguro un estudiante cambio de auto.

Si, era lo mas probable, nunca pasaba nada nuevo aquí. Con cansancio termine por ir a mi clase correspondiente: deportes, cada uno se centraba en su respectiva actividad o eso creí, una chica demasiado pálida miraba a todos lados tratándose de orientar, una pelota iba directo a ella, gracias a que no estaba lejos pude golpearla en su lugar para lanzarla al otro equipo.

—Gracias — apretó sus labios en una especie de mueca.

—No es nada — una nueva venía pero esta vez fue la chica quien la lanzo a Mike —. Que puntería.

—Lo siento, les dije que no juego bien.

—Para mi fue fantástico — Mike hizo una mueca a lo que yo le sonreí.

—No es nada, tú eres Isabella ¿cierto? — su sonrisa me hizo hacer una mueca. Ni siquiera se porque le hablo.

—Solo Bella.

Mike se presentó y por el rabillo del ojo pude ver a mi querida amiga de comentarios pasivo-agresivo con la intención de acercarse, así que me apresure tomándola por los hombros.

—Bueno, Bella, no podemos dejar el partido así — con sutileza y cuidado cambie la dirección donde miraba —. Soy Agatha, por cierto.

—Un gusto.

—Lo siento, no te había visto antes.

—No pasa nada — ella sonrió un poco —. Soy nueva.

—¿De donde eres?

—Arizona.

—Bueno, eso si es una sorpresa — ella me observó en silencio —. Quiero decir, el cambio de clima, pasar del calor al frío, debe ser drástico.

—Un poco, si.

Asentí por las pocas palabras que pude hacer salir de sus labios, con solo observarla pude descifrar algo: Bella era de las chicas que contestaban más no hablaban, espero haberme explicado.

—¿Viniste sola? ¿Tienes familia aquí? ¿A recibir una herencia quizá?

—Mi papá es de aquí — una ligera risa acompañaron sus palabras —. Es Charlie, el jefe de policía.

—¡¿Eres hija de Charlie?!

Ella asintió un tanto incomoda pero la sonrisa en mi rostro no se marchó.

—¡Claro! ¿Por qué no lo pensé antes? El una vez nos comento que sus hijas vendrían, papá y él son amigos.

—¿En verdad?

Like You Do | Jacob Black ³Where stories live. Discover now