Capítulo 4

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Liam Sanders

Desperté en mi dormitorio, tenía una llamada perdida de Kyle y varios mensajes. Ella había terminado antes de lo esperado y quería pasar a verme pero no respondí ya que me quedé dormido profundamente luego de haber hecho tanto durante el día.

Me levanté de la cama, fui a ducharme y con Todd fuimos a encontrarnos con las chicas para desayunar. Ky nos contaba sobre su nuevo trabajo como asistente de uno de sus profesores, estaba tan emocionada y me alegraba tanto por ella.

Cuando terminamos la acompañé a su primera clase y me fui a la mía así comenzar mi día. Estuve yendo de un lugar a otro toda la mañana, almorcé, llevé mis cosas al dormitorio, me cambié y me dirigí a un entrenamiento de hockey. Quería hablar con el entrenador para ver si había clase para principiantes pero se rió en mi cara.

—¿Crees que esto es una escuelita infantil? Acá hay chicos que nacieron con patines en mano. Puedes quedarte a ver pero no me hagas perder mi tiempo chico.

Lo vi con algo de molestia pero en verdad era más decepción que otra cosa ya que no podía entrenar con el equipo. Me senté a ver como los demás entrenaban, casi al final del entrenamiento bajé las gradas y una chica rubia que estaba sujetándose sus patines me vio.

—¿Liam?

—Sony. —dije con algo de desagrado pero no con mucha notoriedad.

—¿Estás en el equipo?

—Eso me gustaría.

—¿Y por qué no te pruebas para el equipo?

—No sé patinar, mucho menos podré jugar como ellos.

—Si quieres puedo enseñarte.

—No gracias.

—Sin trucos, lo prometo. Será para disculparme por como actué la primer noche.

«Estás desesperado Liam, acepta su ayuda»

«¿Qué podría hacer? Amas a tu novia y no la engañarías, que ella intente lo que quiera pero no funcionará»

—Está bien.

—Ve a buscar unos patines.

Me fui a buscarlos y al volver el equipo ya no estaba entrenando, se habían ido a los vestuarios. Mientras me los ponía veía a Sony patinar tan delicadamente.

—Eres buena. —me acerqué a la entrada de la pisa.

—Soy la única chica de seis hermanos. —se acercó desde el centro de la pista —Debía aprender, éramos un equipo.

—¿Juegas al hockey? Pero eres ...

—Pequeña, lo sé. —tomó mi mano para entrar con ella —Soy rápida, además no me dejaban participar más que como arquera. —me resbalé pero me sostuve de ella y seguimos —En verdad eres malo. —sonrió divertida.

—¿Crees que podré jugar con el equipo?

—¿Estás dispuesto a entrenar todos los días luego de clases?

—Era capitán de futbol en mi escuela.

—Te creo. —sonrió escaneando mi cuerpo —Entonces te veré luego de clases.

Me enseñó lo básico del patinaje el como frenar y lo más importante, como mantenerme de pie quince segundos sin caerme aunque me faltaba práctica.

—Auch. —dije dolorosamente por mi caída.

Sony me ayudó a ponerme de pie, ambos reíamos. Si me dolió pero fue divertido, seguimos con la práctica hasta que mi trasero no daba más del dolor y de que notáramos que ya fue suficiente para la primera vez.

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