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Todo se oscureció, señal de que yo estaba de camino al futuro, es decir, al presente.

Sin embargo, además de estar confundida por aquella revelación, alcancé a sentir una mano cernirse con fuerza en mi antebrazo, tal como cuando desaparecí justo antes de que esos tipos saltaran al escenario con un arma y Bill trató de detenerme, pero no lo logró.La diferencia fue que esta vez, pude sentir aun la mano de una persona sujetando con fuerza mi extremidad mientras viajaba en el tiempo.

Di traspiés al llegar a mi época y estuve a punto de caer de bruces sobre el sofá, pero la misma mano qué me acompañó en el trayecto, me mantuvo en mi sitio antes de que cayera.

Volví el rostro hacia atrás y encontré a Bill Kaulitz detrás de mí, mirándome con asombro.

Sí.El Bill Kaulitz del 2010 se encontraba en el 2023.

—¿Qué haces aquí? —entorné los ojos.

Menos mal no estaba Nathalie ni su novio y mucho menos Hein en mi departamento. Algo extraño, teniendo en cuenta que habían llevado la máquina hasta ahí para cuidar de ella y permitirme estar con Bill un poco más.

—Yo solo te sujeté al ver que estabas por marcharte—titubeó, soltando mi brazo con cautela y echando un vistazo a su alrededor— ¿estoy en el futuro?

No le respondí. Estaba demasiado en stock como para hablar.

Di un salto lejos de la máquina y me senté en el sofá para aclarar mi mente.

Bill me siguió y fue sigiloso al caminar, probablemente tenía miedo de que algo ocurriera en su presencia.

Él no debía estar conmigo. No debió venir.

—¿Te encuentras bien, Luna?

Escuché su voz, pero fue como si yo estuviera debajo del agua.

¿Qué le diría a Nathalie y Arlen Packart? Seguramente se volverían locos al darse cuenta de que me traje conmigo a Bill del pasado.

—Esto no debió ocurrir—dije con nerviosismo y lo miré—tú no puedes estar aquí, Bill, corres peligro...

—¿Por qué correría peligro? Estoy en este departamento muy lindo, contigo... —sonrió tímidamente—... y lejos de mi hermano.

Aquello me hizo sonreír levemente. Yo estaba muriéndome de nervios por su presencia en un tiempo equivocado y él parecía feliz y emocionado por tener a su gemelo a una distancia de trece años en el pasado.

—Tienes razón y ni siquiera está mi mejor amiga con su novio, quien es el creador de la máquina del tiempo y sabe cómo enviarte de vuelta, así que, en lo que esperamos a que vuelvan, podemos relajarnos un poco, ¿no? —titubeé.

Bill asintió, emocionado. Se levantó del sofá y se acercó a la ventana más cercana para echar un vistazo a la ciudad de Corpus Christi, Texas.

—¿Podemos salir a dar un paseo? —preguntó con inocencia.

Desde mi perspectiva, alcancé a verle un brillo infantil en sus preciosos ojos y me lamenté demasiado. No podía negarle nada a ese chico tan perfecto.

—No creo que sea conveniente—me mordí el labio inferior y él volteó a verme con tristeza—a menos de que cambiemos un poco tu look.

—¡Sí! —asintió, feliz de la respuesta positiva— ¿tienes ropa que yo pueda usar?

Escudriñé a mi alrededor y vi una maleta que, en definitiva, no era mía, así que me acerqué a fisgonear. La abrí y encontré ropa limpia de Arlen doblada a la perfección.

ZOOM INTO MEWhere stories live. Discover now