Chapter Eight

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Jennifer Ford

Después de que la  pelirroja amargada dejo una caja llena de cosas, corrí a ver que era.

Mis ojos se abrieron al ver su contenido, vestido, joyas, lencería, perfumes y maquillajes. Pero no era de cualquier marca, eran exclusivas, no todos podían tener este tipo de cosas.

Agarro el vestido rojo con un escote de muerte, reviso la etiqueta y veo que es Valentino, mi marca favorita. ¿Qué coincidencia, no?

Sigo revisando la caja encontrándome con unas lindas Victoria's Secret. El maquillaje también era de mi favorito, el perfume también. Todo era de mi gusto.

Siento algo extraño en el estómago al saber que el puso esto para mi, por que el sabe que me gustan.

Quizás el lugar pueda ser lujuso o algo por el estilo, digo por lo que valen las cosas que había en la caja, y conociendo a Tom, no íbamos a cualquier sitio.

Escucho como introducen la llave en el cerrojo haciendo que esta se abra. Veo a Tom entrando a la habitación mientras se dirige hacia mi, me mira y le sostengo la mirada por un segundo, pero el siempre hace qué me sienta intimidada,quito la mirada y puedo escuchar como suelta una pequeña risita.

Idiota

—Veo que te gustaron las cosas que escoji para ti, todo es exclusivo, nena.

—No me llames nena, no me gusta—Me quejo, aún no he podido aceptar los pequeños "sentimientos" qué siento por el, bueno ni siquiera se si son sentimientos, solo siento algo en mi estómago cada que lo veo. Y claramente eso está mal, pero a mi me gusta lo malo..

—Yo te llamo como se me de la gana, ¿entiendes?—Me pregunta y lo único que puedo hacer es asentir con la cabeza, me perdí en sus ojos y en esos labios tan suaves... A veces me pregunto a que saben, o como se sentirá un beso de el. Debe ser rudo, salvaje y para nada romantico, me gustaría que-

—¡Jennifer! Mierda, te estoy hablando —El grito de Tom hace qué me salga por completo de mis pensamientos. Lo miro desconsertada tratando de recordar que me acaba de decir.

—Te estaba diciendo que te arregles, vendre a buscarte en una hora. Y no quiero un no por respuesta, apresurate, no me gusta perder mi tiempo—Me ordena, y sin darme cuenta el ya se ha ido.

Me meti en el baño de la habitación cerrando la puerta con seguro. Me empiezo a quitar todas las prendas de ropa que traigo puestas, me meto en la ducha haciendo que el agua tibia caiga sobre mi cuerpo, mis músculos se relajan y siento un gran alivio dentro de mi.

Me apresuro saliendo del baño antes de que Tom entre y me tumbe la puerta por tardarme tanto. Me cubro con una toalla y comienzo a frotarla por mi cuerpo para secarme, mientras me secaba empiezo a observar mi cuerpo, hasta llegar a mi brazo.

Empiezo a respirar dificultosamente, y siento que me pican las manos y los brazos, necesito lastimarme, hacerme daño, sentir como se corta mi piel ante una navaja. Empiezo a buscar por todo el baño algo filoso, llego hasta un cajon y encuentro una afeitadora, las manos me tiemblan cuando la agarro, le logro sacar la cuchilla y la presiono contra mi brazo. Mis ojos lagrimean cuando siento el filo cortando mi piel, esto está mal, muy mal, pero no puedo parar, ya no.

Me empiezo a secar las gotas de sangre que brota de mi herida y lagrimas siguen saliendo de mis ojos. No puedo seguir así, me hago daño a mi misma, soy una puta enferma.

Salgo del baño y me encuentro la ropa en mi cama, veo un conjunto de lencería rojo y un vestido del mismo color. Me empiezo a colocar la ropa mientras sigo sintiendo ese ardor en mi muñeca.

You're mine; Tom KaulitzWhere stories live. Discover now