único

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un día más de grabaciones estaba en la agenda de Taylor. aunque no importaba "seguir la rutina", pues esa era la parte más fácil del momento. lo que en realidad odiaba era el deber que tenía de volver al set y tener que ver desde tan cerca esa tan linda y atractiva cara en la que, dependiendo de lo que necesitaban las escenas, le acompañaban unos rubios y desordenados cabellos.

ese hombre era como un puto sueño.

o aveces también era parte de los sueños mojados del estadounidense.

sin tratar de enfocarse en eso, solo siguió su rutina de mañana: se hizo su skincare y desayunó algo ligero antes de ir al set de grabaciones.

en realidad ya no le era tan difícil levantarse temprano, al contrario, había días que incluso disfrutaba bastante eso, pues con facilidad se podía acostumbrar a cualquier cambio.

...

todo iba bien, fueron pocas las veces que tuvieron que repetir las escenas por un simple detalle o cosa que no salía con completa perfección.

—ok, esto es lo que haremos.

—sí, díme.

—vas a permanecer a 150 metros de mí durante el resto de la noche...

—es un buen plan.

no he terminado.

—pero claro que no.

—...y a la media noche irás a mi cuarto en el segundo piso de la recidencia, donde te voy a hacer cosas muy, muy malas.

"¡corte!"

Taylor suspiró. bien, ahora venía la parte de la habitación de Alex.

solo eran un par de escenas más y ya podían volver a sus casas.

todo había pasado muy rápido.

no podría explicar el momento exacto en el que Nicholas llegó a estar sobre él, casi a horcajadas.

jadeó cuando sintió una leve fricción contra su miembro.

el menor siguió, después de todo "el pelinegro solo estaba siguiendo la actuación".

o tal vez no por completo.

y ahora se venía la peor parte para el mayor: la escena de los besos.

el de suaves cabellos rubios debía ir dejando besos por el cuerpo del mayor, partiendo desde el cuello hasta la parte baja de su abdomen.

luego de que los minutos, los cuales parecían más que una aternidad, pasaran, "¡corte!" se pudo escuchar en un tono firme y fuerte.

Taylor soltó un suspiro de alivio, nunca en su vida disfrutó tanto escuchar esa puta frase.

solo un par de horas más y ya podía volver a su casa para encargarse de lo que en poco tiempo iba a empezar a molestar bajo sus pantalones.

las horas que faltaban para terminar el horario de grabación pasaron, por lo que, cuando les permitieron ir a sus camerinos, Taylor se recostó sobre un cómodo sillón que tenía en este, pues el cansancio le ganaba.

trató de inhalar y exhalar con calma mientras cerraba los ojos, tratando de evadir lo que ahora sí estaba ardiendo entre sus piernas.

escucha cómo alguien toca la puerta de su camerino.

behind the scenes ;; taynic galikharKde žijí příběhy. Začni objevovat