Futa High, La Escuela de los Fetiches (+18)

Capítulo Veinte: La Historia Final (parte 1/3)

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¿En qué nos quedamos? Ah, sí.

—¡¿QUE CARAJOS ESTÁ PASANDO, SOFIE?! —gritó Merry en shock, al ver a Margarita, la hija de la profesora, y un gato haciendo algo bastante extraño que no sé si pueda describir con palabras.

—¡Merry, puedo explicarlo muy bien! —dijo Sofie, quitándose el dildo de caballo.

—¡Muy bien, explícate ahora, porque te estoy esperando! —dijo Merry con los brazos cruzados.

—Oh, cielos, no había visto algo así desde la secundaria —agregó Mary, algo sorprendida.

Margarita se tapó con la sábana, pero sus músculos eran tan enormes y su cuerpo estaba tan sudado que no servía de nada taparse.

—Merry, tengo una enfermedad —dijo Sofie, acercándose a ella—. Por alguna razón me están excitando cosas que nunca me han excitado antes.

—¿Y por eso te coges a tu ex? —replicó Merry, sin inmutarse.

—Es que la infidelidad se siente más rico.

—¡Esto es el colmo, por esto te alejaste de mí, te estabas acostando con lo que encontrabas por la calle!

—¡Oye, no le hables así! —exclamó Margarita, parándose y poniéndose a la defensiva.

—¡Tú no te metas, ya lo hiciste lo suficiente! —dijo Merry, enojada y sin miedo.

Margarita se acercó a Merry con la verga aún parada y se pusieron frente a frente. Margarita era un poco más alta que Merry, pero ella no se sentía amenazada, aún teniendo el pene erecto de Margarita tocando sus pechos.

—Adelante, haz tu movimiento —dijo Merry, sin quitarle los ojos de encima.

Margarita intentó intimidarla aún más, pero no encontró más que furia en sus ojos. Y luego de un largo contacto visual, se arrodilló para disculparse.

—Perdóname, Merry —dijo Margarita, con voz aguada—. Yo pensaba que Sofie estaba soltera y dejé que se aprovechara de mi... No me interpondré más entre ustedes.

Acto seguido, se intentó levantar pero Merry puso su mano en la cabeza para que se mantenga arrodillada, recostando su cara con su entrepierna para mostrar dominancia.

—Sofie, me has decepcionado, y espero nunca volverte a ver.

—Pero Merry, no creas que soy la única aquí que es infiel. Tú estás siempre babeándote por tu madre.

—¡No es lo mismo, tú estás deliberadamente cogiendo en orgías!

—Cariño —susurró Mary—. ¿No recuerdas lo que acabamos de hacer?

—¡Eso no importa —dijo algo sonrojada—, tú te alejas de mi y tienes sexo con tu ex! Yo simplemente tengo una buena relación con mi mamá!

—¿Sabes qué? ¡No te necesito, ya encontraré a otra gordita para agarrarle las masas!

Merry entonces se puso a llorar y salió de la habitación. Mary, al ver eso, miró enojada a Sofie y se le acercó, se bajó el pantalón y estampó su pene contra su cara, cacheteándola literalmente con un vergazo que la dejó en el piso, un gesto de rechazo y deshonor.

—Debería darte vergüenza —dijo Mary, recogiéndose la polla—. No eres bienvenida a nuestra casa.

Ella también se fue junto a Margarita, dejando ese desastre como estaba.