Tácticas Punk! ||punkflower||

3: Dulce Agridulce

En el universo de Hobie, el chico Punk se encontraba en su apartamento estaba acostado en su sofá pensaba mucho en demasiadas cosas a la vez, de hecho era la primera vez que le sucedía, el siempre a Sido alguien despreocupado y realmente con poco interés en las cosas, solo cuando le importaba sus pensamientos y preocupación era genuina.

Se encontraba pensando en Gwen, esa chica rubia que se hizo su amiga y baterista de su banda, esa chica que era carismática y demasiado sarcástica, el en poco tiempo supo que ella era alguien que concidera a una gran amiga, pero ella últimamente desde hacer más de dos semanas se a comportado como otra persona.

Pensaba mucho, en si era la misma o ya ni siquiera se reconoce como persona, no sabía que pensar, pero el simple hecho de pensar que Miguel era el que tenía a Gwen como un ser de piedra, hacía y decía lo que el quería, podía comprender a su amiga pero algunas de sus acciones ella misma las hacía por voluntad propia, no podía defenderla.

Para el era extraño sentirse así, un pesar en su cabeza y en su cuerpo era lo que predominaba en esos momentos, las paredes de su apartamento se hacían más estrechas y se sentía sofocado, sus ojos lo engañaban y su sentido no respondía.
Ya había pasando una semana y media sin que veía a Miles, de hecho no lo veía ya que no sabía que hacer o decir, algo que no era normal en el, el era la persona mas directa y si se podía sin vergüenza hacia las cosas, el nunca fue de ocultar lo que sentía o quería.

De tanto pensar termino por soltar un suspiro grande, preguntándose a si mismo que era lo que le sucedía, con un pesar y a la fuerza se levantó de su sofá dirigiéndose a la cocina para tomar cualquier bocadillo que encontrará, tomo unas galletas y se las comenzo a comer, estaba "tranquilo" realmente no estaba en sus mejores momentos pero cosas peores le han sucedido o eso era lo que pensaba el, ese siempre fue su manera de no dejar que las cosas le afectarán.

—... Que cansancio..— Dijo para después recargar su brazo en la pared y dando golpes a ella con su cabeza, no tan fuertes como para hacerce daño.

Pasaron varios minutos y Hobie estaba más que perdido, necesitaba hablar con Gwen, saber si todo estaba bien o si por lo menos su amistad estaba intacta. Pero el no podía dar ese paso, no quería ser el que arreglará todo y aún así nada cambiaría, esperaba una acción honesta por parte de ella.

Para distraerse un poco, salio a patrullar las calles de New York, era el gran Spider-Punk, el hombre que salvó a este lugar, pero aún así las personas no eran lo bastante concientes para dejar de violentar está ciudad.
Era un trabajo que l mantenía distraído entre muchas comillas pues, el estrés siempre estaba con el más bien ya era parte de el no habia día en el que no tuviera preocupaciones y si, meramente el ser Spider-man a él le funciona para distraerse y también tocar su guitarra.

El tiempo pasaba y las calles no tenían ningún peligro, lo cual le parecían extraño pues después de todo aún en su ciudad no estaba bien del todo, tomo ese día como uno de descanso, uno de muchos, fue otra vez hasta su departamento, pero algo lo detuvo en el camino y ese fue Gwen, había aparecido de repente enfrente de Hobie

—Hobie..puedo quedarme hoy contigo?..— Pregunto la rubia sin más su aspecto lucía gris, su cara mostraba cansancio y la tonalidad de su voz era amena, sus movimientos eran nulos pero con tan solo el observar su rostro era mucho lo que expresaba Gwen, Hobie la miro detenidamente con un gesto de preocupación

—Gwen...¿Que sucedió?.—. Hobart no podía ignorar el hecho de que su amiga estaba cambiando pero ahora necesitaba de su ayuda y no se la negaría.

—Yo...no lo sé Hobie, sabes es difícil estar en esto del multiverso...el pensar constantemente en el y yo...yo no sé —. Los movimientos de Gwen cambiaron, eran bruscos y ansiosos, demostrando que realmente no estaba bien, sentía un pesar en su cuerpo.