Sentir el calor de tu abrazo lejano.
Recordar el engaño de amarte en la bruma.
La lluvia cayendo sobre tus cabellos.
Es el recuerdo de una juventud temerosa.
Haberte conocido fue el mayor de los castigos.
Te volviste tan indispensable que no supe que eras mí oxígeno hasta el día en que me ahogue.
El no tenerte podría ser la causa de mí propia muerte.
Y aún así moriría sonriendo en el mayor de los éxtasis.
Pensarte es un deseo irracional de autoflagelo.
Tu mirada sigue siendo un reloj descompuesto.
Intentó evitarte y me encuentro buscándote.
No logró apartar mí mente de tu existencia.
Una nube de cristal que se deshace entre tus dientes.
Eres capaz de destruirlo todo en un instante.
Tienes el don de darle vida a todo nuevamente.
Eres mí principio y mí final.
Quisiera desaparecer por completo.
Anheló dejar de soñarte entre lágrimas.
Sueño con nunca volver a verte.
Todo pasa por mí y nada llega a ti.
Me siento frágil al confiar mis sueños en alguien que no es de fiar.
Pero no puedo hacer otra cosa que no sea seguir creyendo en tus mentiras.
Promesas vacías de un cambio que nunca llegará.
El eterno sueño de un futuro juntos que siempre será lejano.
