10 { ¿Dalias? } ♡

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Narrador Omnisciente.

Cuatro meses, habían pasado cuatro meses.

No había mucho que contar.

La chica no pasó por sus pertenencias. Tampoco dejaban que se los llevaran. 

¿Por qué?

Por una simple y sencilla razón.

Ya no estaban ahí, en el café. Estaban en casa de los hermanos Harrison.

En la mesita de noche del cuarto del hermano menor.

Demean se lo ha pedido pero él le ha dicho que no.

—La única manera en la que vuelva a estar en sus manos es que ella venga por ellos— habló firme con su decisión.

—Ya te dije que no puede venir.

—¿No puede o no quiero venir?— preguntó.

—No quiere, no quiere verte Izan.

El pequeño se quedó en silencio, estaba mal. Un dolor en su pecho se hizo presente pero quiso no darle importancia. Sabía que aquellos sentimiento que se negaba a sentir ya no podía negarlos más.

Habían pasado cuatro meses desde la última vez que se vieron.

Volvió a entender por segunda vez que Olaya no fue, no es y no será la chica que le robó sus pensamientos.

Confesó sus sentimientos más sinceros a su hermano.

Demean, el mayor. Moría por decirle que la buscara y que no la dejará escapar, que ella era la chica de sus sueños, la que quería que se quedara para siempre a su lado. Pero sabía que si en verdad la quería debía luchar él solo. 

Luchar por su confianza y sus sentimientos.

Volvió a dejar las terapias para el movimiento de sus piernas. Cuando pierdes algo que anhelas tanto, sueles perder todo.

Por otro lado, Dalia seguía con la decisión de no molestar y aparecer más en la vida de Izan. Aunque le doliera sabía que era quizás lo "mejor" pero todos aquí sabemos que no, que lo mejor era que volvieran a convivir, que pusieran sus sentimientos sobre la mesa y supieran qué hacer con ellos. Que supieran que pueden sobrevivir en un mar lleno de olas que mueren por escapar de ahí, logrando conquistar la piel de ambos para finalmente encontrar un segundo aliento. 

En estos cuatro meses, gracias a Dalia el miedo regresó a Izan, aquel Izan inocente para la vida, humilde para el mundo y estupendo jugador para los fans. Pues ahora tiene algo que perder si Lia se va y él se queda.

Era finales de mes y la puerta de la habitación de Dalia sonó.

—Pasa.

Las tres amigas entraron, pero una de ellas no iba a manos vacías. Con ella lleva Dalias, un ramo de Dalias, de todas las especies.

Lia las miro extrañadas. Pues nunca le habían regalado un ramo de flores, mucho menos de sus favoritas, porque si, su nombre era el responsable de que fueran sus favoritas.

¿Dalias?— sonrió.

La chica dejó la cama para acercarse a ellas y recibir el ramo de flores.

—¿Con dedicatoria?— cuestionó curiosa.

Tomó el trozo de papel y lo leyó.

Para: 

Dalia Miller.

"Voy a darte mil razones para amarme"

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ℱ𝓊ℯ𝓇𝒶 𝒟ℯ ℒ𝓊ℊ𝒶𝓇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora