Capitulo 24

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Damien

Me rocié un poco más de loción en el traje, acomode perfectamente mi corbata y me mire por última vez al espejo dando mi mejor sonrisa.

Tome las llaves y deprisa salí de casa. Me monte en mi coche de lujo y arranque camino a casa de Emma.

Hoy la llevaría a cenar a un lujoso y recién abierto restaurante francés en Manhattan. Movía desesperadamente mi pierna mientras veía el semáforo en rojo.

Mentiría si dijera que no estaba nervioso, porque tenía mis putos nervios al limite. El semáforo se puso en verde y arranque.

En mi cabeza pasaron muchos escenarios sobre su vestimenta, me imaginé hasta un vestido rojo pegado a su exquisita silueta, hasta unos jeans moldeados en su perfecto trasero, al fin y al cabo no importaba, con cualquier cosa se veía perfecta.

Mire a mi derecha la caja de color rojo con un botón dorado en el, en la pequeña caja venía un lujoso collar de la marca graff . Me tomé el tiempo de ir a la joyería y elegirlo especialmente para ella.

Estaba sorprendido de mi mismo sobre lo que aquella mujer creaba en mi. Jamás había sentido este sentimiento en mi vida, el sentimiento de no querer alejarme de ella y estar envuelto en su deliciosa atracción.

Emma no solo me había atraído físicamente, si no también emocionalmente. Tenía una manera increíble de alegrar a la gente, a pesar de que ella se estuviera derrumbando por dentro, siempre mostraba su mejor sonrisa y evitaba mostrarle a la gente su tristeza.

El escolta en la entrada me recibió con un asentimiento, avance mirando su reluciente casa brillar. A esta mujer no le importaba gastar luz.

Me baje de mi auto acomodando un poco mi cabello suspirando. Tomé la pequeña caja y el ramo de rosas que estaban en el asiento trasero.

Avance hacia la entrada, y en cada paso que daba sentía mi corazón latir con más fuerza. Finalmente toque la puerta repetidas veces. Al cabo de unos minutos esta se abrió dejándome a la vista la cosa mas hermosa y perfecta que haya visto en mi vida.

Emma estaba para sobre mi, llevaba puesto un vestido de seda color beige, moldeado en su perfecta figura, llevaba un collar dorado reluciente y un labio rojo potente que hacía que su piel blanquecina reluciera.

Sentí algo en mi parte baja endurecerse, me acerque un poco más hasta llegar a ella. Me miraba con un brillo en sus ojos mientras sus comisuras se elevaban. Instintivamente repetí su acción.

Deposite un vasto beso en sus labios entregándole el ramo sobre sus brazos. Ella lo miro con dulzura y se giro adentrándose a la mansión.

La seguí como un niño pequeño a su madre.

Las deposito sobre el mesón de la cocina y se acercó hacia mi. Rodeó sus brazos sobre mi cuello y yo la tomé por la cintura acercándola más a mi.

Tomé la caja roja y la abrí, la sorpresa cruzo sus rasgos, miro detenidamente el collar que brillaba mientras yo la miraba a ella. Era hermosa

Lo saque de la pequeña caja haciendo que se volteara, cruce mis manos sobre su cuello y lo deposite en ella, se volteó hacia mi, mirándolo con determinación. Las comisuras de sus labios se elevaron para nuevamente mirarme.

Ella cruzó sus brazos alrededor de mi cuello pegando su barbilla con la mía.

—Me abrazas y siento que tengo todo el amor del mundo. —solté sin pensar, sintiendo segundos después mis mejillas acaloradas.

Su cara se ensombreció, me dio una tierna sonrisa enterrando su rostro sobre mi pecho. La tomé de la cabeza depositando un beso sobre ella.

Permanecimos así unos minutos hasta que ella se separó de mi y me tomo con fuerza de la cabeza para estampar mis labios sobre los suyos.

Emma [en proceso]Where stories live. Discover now