Capítulo 08.

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Cuando Kiyoomi se recuperó totalmente volvió a sus entrenamientos y partidos habituales, Hikaru recuerda que después de eso él compró para sí unos siete juegos de mangas de compresión tanto para brazos como para piernas, así como ya tenía camisetas del mismo tipo, dijo que le servirían para sus entrenamientos y su salud en general, la joven sabía que era cierto.

En agosto del 2019 (ese mismo año) Kiyoomi, acordándose de la conversación que tuvieron el día que se hicieron novios acerca de visitar alguna parte de Europa decidió que ya era tiempo de agradecerle a Hikaru por el mes entero que estuvo con él, cuidándolo, ella había preguntado por la sensación que causaría el vivir en Inglaterra, pero la había escuchado también hablar de Francia otras veces. De acuerdo, tendría que elegir al azar.

Cuando se encontraban juntos otra vez, encerrados en la habitación de ella con el aire acondicionado encendido debido al inaguantable calor que hacía en las calles, recostados sobre la cama, abrazándose el uno al otro mientras veían una película de Tim Burton que trataba de una novia cadáver que terminó casándose con un hombre aún vivo en la Europa del siglo XIX, en la computadora portátil de la muchacha, él tomó de entre las cosas que había llevado a la casa de la chica unos audifonos de los que tenían uno de sus cables más largo que el otro, los tomó en un puño y cubrió la parte del cable de manera que no se podía ver cual parte era más larga y cual más corta, después le dijo a ella que jalara uno de los auriculares mientras los ponía delante suyo.

—Tira de uno.

—¿Por qué?—preguntó ella con un tono de voz neutral, sin embargo en el fondo ya se estaba formando una muy buena idea de lo que se trataba todo aquello.

—Tira de uno.—dijo él tranquilamente.

—Primero dime que significa.

—Primero tira de uno.

—Está bien.—aceptó ella finalmente, de todos modos ya se había anticipado a aquello y había pensado en sus condiciones para aceptar aquello.

Salió el cable más corto.

—Bien, ganó Francia.

—Bien, acepto. Pero vas a tener que aceptar mis condiciones.

—¿Qué condiciones?

—Las que yo te voy a poner, obviamente.

—De acuerdo, ¿cuáles son?

—Me dejarás pagar a mí mi boleto de avión y me dejarás también pagar mi comida y otros gastos menores.

—Esos no son gastos menores, amor, además, ¿Dónde quedaría mi regalo, entonces?

Cielos, tenía razón. No pudo evitar suspirar pesadamente, y pensar que en su cabeza esa idea se escuchaba excelente, tuvo que replántearsela.

—Para ti viajar a Francia es lo mismo que ir a comprar a la tienda de la esquina, ¿verdad?

—Es eso o simplemente lo he estado planeando con mucho tiempo de anticipación.

—De verdad no te cansas, ¿eh? Hasta que no consigues lo que quieres, no descansas. Bueno, bueno, ¿Cuándo sería? Te diría que fuéramos pronto, pero ahí hace el mismo calor endemoniado que aquí en esta época del año, lo cual quita mis ganas de ir, pero, ¿Qué piensas tú?

—No lo sé, tú dime.

—... —se quedó unos momentos pensando.—¿Te parecería bien ir en navidad?

—Sí, me parece muy bien.—acarició y besó su cabeza luego de pensarlo por unos momentos él también.

—Tendremos mucho tiempo para planearlo.—dijo ella feliz por recibir esas atenciones de él.

Love and sweetness.「Kiyoomi Sakusa.」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora