Zephyr ha perdido la cuenta de los meses que lleva aprisionada bajo las garras de Alvida, una pirata desalmada que le ha arruinado la vida. Día tras día tiene que aguantar comentarios desagradables de los miembros de la tripulación, limpiar, hacer l...
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Recuerden votar y comentar, ayuda muchísimo y me anima a seguir escribiendo. Gracias, disfruten del capítulo. <3
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Zephyr Sallow.
Podía sentir y oler la humedad por todo el lugar, al igual que ver las motas de polvo flotando libremente por toda la habitación gracias a la ligera luz que daba la vela encendida a un metro del incómodo colchón al que llamo cama, en el cual estoy acostada intentando dormir. Me encuentro en el lugar más remoto y menos cuidado del barco de Alvida, siendo de menor importancia en la tripulación y una simple prisionera. De hecho, en un principio ni siquiera había colchón, sólo trastos.
Cada que cierro mis ojos en un intento de conciliar el sueño y rendirme ante el cansancio, recuerdo las escenas vividas hace ya unas horas. La tripulación había asaltado otro barco con el fin de encontrar y capturar a Roronoa Zoro, el cazador de piratas. La pelea no fue complicada, y debo de admitir que la capitana es buena en lo que hace, pero el problema ha sido que Roronoa no estaba allí. Alvida mató a las personas necesarias expulsando su rabia por el fracaso, y nos llamó a Koby y a mí para limpiar el desagradable desastre de sangre y carne humana.
Suspiro, aceptando que no voy a poder dormir. Levanto la parte superior de mi cuerpo para quedar sentada en el colchón mugriento y miro un poco el lugar, tan aburrida como cansada. Mi vista se para por unos segundos en la vela encendida a un metro de mí, por lo que automáticamente el pensamiento intrusivo de dejarla caer y quemar el barco surge dentro de mí, pero lo descarto rápidamente al saber que es una tontería.
Bostezo y me levanto, planeando salir para ir a hablar con Koby, hasta que escucho un estruendo en la cubierta del barco. Frunzo el ceño y me dirijo rápidamente hacia la puerta, antes de acordarme de algo. Maldigo en voz baja y levanto un poco el colchón mugriento, sintiendo una oleada de polvo y mal olor rodearme, pero lo ignoro y saco mi pasador para el pelo. Lo limpio lo más posible en mis pantalones mientras sigo escuchando ruidos no muy agradables, y finalmente utilizo el pasador para hacerme un moño.
Salgo corriendo hasta la cubierta, observando cómo parte de la tripulación está tirada en el suelo, y el resto está mirando la escena sin hacer nada. Suelto un jadeo de sorpresa cuando Alvida intenta reventarle la cabeza a un chico con su maza con púas, pero falla estrepitosamente y destroza una vela encendida junto con parte del timón, haciendo que el fuego se esparza por parte del barco tal cual como yo lo había pensado antes.
