If you listen to my heart 『TodoBaku』

sᴏʟᴇ ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ

Todoroki se estiró en su silla, el sueño comenzaba a vencerlo, eso de despertarse temprano para él nunca había sido algo bueno, siempre sentía un sueño residual que para su suerte se lograba ocultar con su expresión neutra.

Por suerte la clase comenzaría pronto, si seguía mirando al mismo lugar estaba seguro que alguien lo notaría y aunque le gustaría que la persona a la cual dirigía su mirada lo notara, no quería que alguien más lo hiciera o todas sus esperanzas se acabarían.

Pronto el profesor Aizawa ingresó al salón dando el inicio de la clase, la teoría no le era entretenida pero al saber lo necesaria que era, trataba de no distraerse con la voz calmada de su profesor, y es que le asombraba la memoria que poseía para contar cada historia con tanto detalle pero sin ánimos de por medio.

Su mirada se desvió del profesor directo a la nuca o eso quiso, porque estaba de perfil mirando al profesor con toda la atención del mundo, ni siquiera estaba tomando notas, ¿Cómo lo hacía para pasar con tan alta puntuación si sus cuadernos estaban vacíos?

Él tenía que tomar notas o repasar la materia luego en su habitación para poder mantener sus puntajes altos, lo suficientemente altos para que su padre no dijera nada.

Ahora que lo piensa, jamás lo ha escuchado discutir con otros sobre temas académicos, siempre lo recuerda gritándole a otros lo molestos que son antes de reírse en su cara de alguna tontería que le encantaría entender para poder reírse junto a él.

Un montón de aire que olvidó expulsar se liberó a través de sus labios en un suspiro que llamó la atención de su profesor, sabe que fue una falta de respeto por lo que se sentó derecho a escuchar y tomar notas, porque, aunque sabe que el regaño no llegará no le gustaría hacerlo enojar.

Decidió concentrarse el resto de la clase en lo que su profesor escribía en la pizarra sin volver la mirada nuevamente, sabe que si sus ojos logran obtener un pedacito de él se volverá a perder porque lo único que tiene en la cabeza es él, él y su sucia boca diciendo mil y una maldición que jamás había escuchado hasta ese momento.

El cantar de las aves se sobrepuso al sonido de la voz adulta de Aizawa como si le contara un secreto, su visión poco a poco comenzó a mezclar colores convirtiendo todo en un montón de formas amorfas en un fondo blanco que era el pizarrón, sabe dónde está, sabe qué debería estar haciendo, pero simplemente no puede detenerse en esa situación tan tranquila que era para él saberse solo en el mundo, saberse solo visto por las aves que vivían felices en el mundo abierto, que cuando querían podían alejarse de quién les molestara, incluso sentía que había viajado a otro lugar donde solo podía escuchar su propia respiración en su garganta al tragar la saliva que se acumuló en su boca. Le encantaba esa sensación de que la luz cada vez se volvía más brillante y ya todo lo que veía simplemente desaparecía en un mundo blanco donde él estaba en el centro emitiendo unas ondas sonoras que perturbaban el tranquilo suelo blanco cubierto de algún liquido traslucido que presumía que era agua, un agua que solo reflejaba su silla café y su cuerpo sentado encima de ella. El sol de la ventana también ayudaba a su visión, al colarse entre las nubes creando sombras podía verlas en su realidad, podía sentir el aire y su caricia tierna en su mejilla al entrar por alguna ventana que alguien olvidó cerrar o quizás no la cerró por capricho para poder sentir el rico olor de la naturaleza limpia, y agradecía eso, agradecía demasiado poder sentir como ahora el largo césped bailaba a su alrededor mientras él se acostaba de espaldas en la pradera sintiendo el sol contra su piel, sintiendo la sombra de la nube que se había cruzado caprichosa y el aullar del viento que a veces silbaba entre ramas y rocas cantando una canción que simplemente no podía entender.

El ruido de algo caer hizo que Todoroki pestañara, todo su alrededor se desvaneció como si alguien con rabia tomara los lienzos que con tanto cuidado había pintado y colocado y los rompiera como el papel que eran, que los rompiera con tanta rabia que al mismo Todoroki le asombraba la fuerza con la que su alrededor cambió para traerlo de vuelta a la realidad.