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Reemplazo.

Luego de haberle dicho el nombre al chico, salió más nervioso que antes. Nunca en su vida le había sucedido algo como lo que acaba de vivir.

Rompió muchas reglas que él mismo se había diseñado, todo por unos rulos y ojos verdes, esos labios y esa sonrisa con hoyuelos.

Estaba perdido y cayó por alguien que seguramente jamás volverá a ver, así que salió de ahí tratando de no llevarse absolutamente nada que lo hiciera volver.
Llegó a recepción y se encontró con la chica que lo atendía siempre.

—Que le lleven el desayuno a la habitación, agrégale una flor, la más bonita y una nota que diga "Gracias", pídele un taxi que lo lleve a donde él diga y me avisas cuando ya salga, ¿bien?

La chica quedó sorprendida pero solo afirmó hacer cada cosa. Era la primera vez que Jungkook le pedía algo como eso. Pensó que el chico debía ser alguien importante y no solo un acostón de una noche.

Sin más, Jeon salió de ahí directo a su casa. Condujo y en todo el camino trató de no pensar en esos rizos, en el dueño de ellos, en Jimin.

Tenía tanto en que pensar pero no quería hacerlo, no quería darle vueltas al asunto porque estaba seguro que perdería lo que tanto ha mantenido lejos de él. Llegó a su casa y decidió tomarse un baño, se vistió con su pijama y se quedó dormido.

Muy cansado y feliz.

Jimin por otro lado, quedó dando vueltas en la cama. Estaba tratando de no gritar pero le fue imposible, ¿ahora que haría? El hombre no mentía cuando dijo que iba a ser la mejor follada de su vida.

—¡Maldito! Se va y me deja con ganas de más —se quejó—. Ni tingi siguindis incintris —dijo haciendo su voz más chillona—. Estúpido y hermoso hombre que se llama Jungkook.

Se acomodó mejor en la cama y se quedó dormido después un rato. Era la primera vez que en medio del sexo casual alguien lo dejaba de esa forma, tan sonriente y con ganas de un segundo encuentro.

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—¡Despierta Jeon!

—Hoy tenemos partido de fútbol, lo sabías imbécil —alzó la voz Namjoon.

—¿Podrían callarse? —se quejó tapándose con sus sábanas.

—Arriba Jungkook, la señora Hanna nos dejó entrar, dijo que llegaste en la madrugada y que estabas descansando —comentó Jin.

—¡Exacto! Te advertimos no beber mucho idiota.

—¡Solo cierren su maldita boca! Y sobre ayer, es algo de lo que nunca vamos hablar.

Sus dos amigos intercambiaron miradas y sonrieron con diversión.

—¿Tan mal estuvo? —preguntó entre risas el morocho.

Jungkook aún escondido entre las sábanas sonrió al recordar lo bien que lo pasó, pero borró su sonrisa al darse cuenta que no podía ponerse así por un desconocido, un desconocido que se llama Jimin, que es el chico más hermoso que ha visto y que fue increíble coger con él y quisiera repetirlo.

¡Mierda!

No va a decirle todo eso a sus amigos, definitivamente no.

—Horrible, ni siquiera pude continuar, el peor sexo de mi vida, así que, es como los anteriores no se menciona.

—Eso no te pasaría si ya estuvieses en una relación estable, con alguien a quien si ames... te aseguro, el amor hace del sexo algo mágico — comentó Jin.