Capítulo 1: Despegue

1.5K 97 33
                                    

"El amor es una grave enfermedad mental". ~ Platón

Tienen veinte años cuando hacen el pacto. Veinte años, y estúpidos y jóvenes e imprudentes y ambos con el corazón roto. Aunque el grado de corazón roto varía y el tipo de estúpido e imprudente es diferente.

A Zoro le acaban de dejar, claro, pero no le molesta demasiado. Es justo antes de su cumpleaños, pero supone que eso es sólo una picadura más para un corte de papel. Manejable.

Era una relación causal, como todas sus relaciones. Se trataba de divertirse y tener sexo. Disfrutaba de su compañía pero sabía que no era nada serio. A Zoro le gusta así. Su futuro profesional no le permite tener muchas relaciones duraderas, sobre todo porque siempre está viajando. Ser piloto es todo un reto.

Pero aunque su relación fuera casual, no carecía de sentido. Aún queda el aguijón del rechazo, y la idea de que tal vez ha cometido un error. Que quizá debería sentar la cabeza y buscar una relación de verdad. ¿Quién sabe? Tal vez esa relación podría convertirse en algo más profundo y significativo. ¿Quizás ha perdido su oportunidad?

Es justo en ese momento cuando entra el cocinero.

El cocinero, a diferencia de Zoro, está completamente borracho y con el corazón roto. Irrumpe en el apartamento de Zoro sin llamar y lleva una botella de vino en la mano, que se bebe de un trago. Sonríe alegremente a Zoro.

"He oído que a ti también te han dejado", murmura Sanji. Luego, ante el asentimiento de Zoro, levanta la botella de vino casi en una ovación y dice: "¿Tu miseria quiere compañía?".

Y Zoro, por supuesto asiente con la cabeza.

Sanji se sienta, o mas bien se tumba en el sofa.

Zoro da un sorbo nervioso a su cerveza e intenta ignorar, como suele hacer, los sentimientos no resueltos que se agitan en su interior...

Zoro conoce a Sanji desde hace seis años, desde el primer día de instituto.

Y cuando se conocieron, se odiaron desde el primer momento.

Zoro pensaba que Sanji era el peor de los heterosexuales condescendientes, totalmente inseguro de su propia masculinidad y jodidamente arrogante con todo lo que le rodeaba. Era un grano en el culo, siempre lloriqueando y lanzando indirectas a Zoro que le hacían tambalearse como nunca lo había hecho nadie.

Pero, por supuesto, eso había cambiado.

Zoro había empezado a explorar más su sexualidad y se había dado cuenta de que se sentía atraído por cualquiera. No importaba el sexo, siempre que tuvieran una personalidad fuerte y una actitud a juego, eran alguien que Zoro deseaba. Y mientras se daba cuenta de eso, también empezó a darse cuenta de que el cocinero no era tan malo. De hecho, hasta podrían ser amigos.

Y de repente ya eran amigos. Y entonces Zoro empezó a darse cuenta de que tal vez Sanji era su mejor amigo, porque el cocinero de mierda en realidad tenía algunas grandes cualidades en él. De hecho, algunas cualidades que Zoro podría estar buscando en un compañero... de hecho, algunos rasgos que nunca pudo encontrar en nadie más. Y maldita sea, el cocinero estaba bueno. Había empezado con odio, luego con atracción y se había transformado en algo más.

A lo largo de la universidad, Zoro había luchado con ese algo más y había confirmado en primer curso, tras un momento significativo y a la vez sencillo, que estaba enamorado del cocinero de mierda.

Se había esforzado mucho por superar esos sentimientos, porque Sanji era -y es- heterosexual. Tan heterosexual como la palabra, y sólo ve a Zoro como un amigo.

El Pacto - ZosanWhere stories live. Discover now