LUZ EN LA OSCURIDAD [LIBRO #3]

Capítulo 47: VERLO OTRA VEZ💔

Capítulo dedicado a:

Lisanet0315

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Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes.

1 Pedro 5:7

[NTV]

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Erick estaba ahí. Su mirada se encontró con la mía y en ese momento no supe que hacer.

Él aire comenzaba a faltarme. Mi corazón latía a un ritmo muy acelerado y mis manos temblaban.

¿Qué estaba pasando? Nunca antes me había ocurrido algo así.

Mi vista comenzó a tornarse algo borrosa. Me sentía mareada y solo quería sentarme o sostenerme en algo.

Paola volteó a verme sin entender que pasaba.

— ¿Mía, estás bien? — me preguntó.

No le respondí, no podía hablar. Un nudo se había instalado en mi garganta.

— Ven, vamos a otro lugar — me dijo preocupada mientras ponía su mano en mi hombro y me ayudaba a caminar, mas yo sentía que no podía.

Era como si de un momento a otro mis fuerzas se hubieran esfumado. Al ver a Erick no tenia control de mis emociones, más al recordar todo lo que él me había hecho.

Todo a mi alrededor daba vueltas y un zumbido llegó a mi oído, solo a lo lejos podía escuchar las voces de las personas hablando.

Justo cuando mis pies perdieron el equilibrio y estaba por caer al suelo sentí que alguien me sostuvo y me cargó entre sus brazos llevandome hasta un lugar donde no había mucha gente.

— ¿Qué le sucede? — logré escuchar que preguntó Paola.

— No lo sé, al parecer ha sufrido un ataque de pánico — contestó el chico — ¡Mía, respira! ¡inhala y exhala!

Inhalé profundamente intentando recuperarme y hacer lo que el chico me decía. Poco a poco el aire volvía a mis pulmones.

Pasaron unos minutos cuando al fin pude volver a respirar normalmente.

— ¿Te sientes mejor? — preguntó Paola.

No dije nada solo bajé la mirada y rompí a llorar.

No me gustaba que me vieran llorar pero no pude controlarme, últimamente no podía controlar lo que sentía.

— ¿Esta bien? — escuché que Rodrigo preguntaba — ¿qué le ha pasado? Vimos que estaba a punto de caer al suelo... ¿por qué Llora?

— Sufrió un ataque de Pánico — respondió Paola quien se mantenía a mi lado y pasaba su mano por mi hombro.

Realmente agradecía que ella estuviera ahí.

— ¿Y Él quién es? — preguntó Cecilia. Supongo que refiriéndose al chico que me había ayudado que ni yo había visto quien era.

— Me llamo Diego — contestó — soy amigo de Mía. Me está ayudando a acercarme a Dios.

Escuché que dijo. Más no alcé la vista.

Unos segundos después escuché que alguien pronunció mi nombre e inmediatamente una extraña sensacion de temor se instaló en mi.

Él estaba ahí.