-𝐓𝐞 𝐍𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐭𝐨- (Quackity X Tú)

33. Ojos verdes

_________(tú):

Necesitaba tanto a Alex, hace mucho que no lo tenía así de cercas, se que lo he tratado de ignorar pero no puedo. Me afecta tanto este hombre.

Nos separamos por falta de aire, con los ojos aún cerrados, sumergí mis dedos en su cabellera ¿ondulada?

— ________. — habló.

— ¿Sí? — trate de acercarme un poco más a él.

— ________. — volvió a llamarme.

Abrí los ojos, mis ojos conectaron con los de él, unos bellos ojos verdes.

¡¿Verdes?!

Abrí los ojos de par en par, pues al mirarlo de arriba hacia abajo me di cuenta que no se trataba de Alex, era el vecino.

Ay no. ¿Cómo paso esto?

— ¡________, despierta! — grito.

Y nuevamente abrí los ojos, me encontraba en el carro de Josh.

— Fue un sueño. — dije con una sonrisa.

— Hasta que despiertas — rodó los ojos — ¿Qué estabas soñando, eh?

Me miró divertido y una sonrisa burlesca apareció en sus labios.

— Yo... nada. Tengo que irme, adiós. — bese su mejilla y salí de su auto.

Solté un suspiro aliviada, pues nada había sido real. Primero Alex y después el vecino de ojos verdes. Ya estoy quedando loca.

Hace semanas que trata de hablarme pero me alejo de él, simplemente es un "buenas tardes" y "buenas noches".
Saludé al portero como de costumbre, entre al elevador y al llegar a mi piso caminé con apuro a mi departamento, busque con desesperación mis llaves, no estaba dispuesta en este precio momento para encontrar me al vecino.

— Hola.

No, no, no, esa horrible voz. No soy la favorita de Dios.

— Hola. — saludé.

En ningún momento me gire a su dirección; rápido sentí mis mejillas calientes, ni siquiera lo he visto y ya me sonroje al escucharlo.

— Oye. Perdóname por hacerte sentir incomoda la última vez, no estuvo bien que hiciera es... — lo interrumpí.

Me gire a su dirección con mis llaves en mano, lo mire y reí nerviosa.

— No te preocupes, ya estamos bien. Ahora tengo apuro, que tengas un lindo día. — le sonreí y me adentre a mi departamento.

Al cerrar la puerta solté todo el aire que estaba retenido. No entiendo porqué salió él en mi sueño todo... raro.

Deje mis cosas en la sala, tocaron el timbre y sentí los nervios recorrer. No pienso abrir para nada.

Ting, ting, ting...

— No voy abrir, no, no, no. — negué con la cabeza.

— Soy yo, _______. — escuché la voz de Gabriel.

Corrí a la puerta, abrir y justo ahí estaba Gabriel, solo él y nadie más.

— Gabriel, me alegra tanto que seas tú. — lo abrace.

— ¿Okey? — rió.

— Pasa, por favor. — me separé de él y me hice a un lado dejándolo pasar.

Entró, se sentó en el sofá y fui con él.

— ¿Estás bien? — frunció el entrecejo.

Poso su mano en mi frente y después en mis mejillas.