Eran las 2:00 de la tarde e iba de la mano de mi querido Hernan, era la primera vez que yo iba a su casa. Mis manos sudaban y temblaban a medida que avanzábamos.
Él se giró a verme.
- ¿Por qué estás nervioso?. - Pregunta cortésmente. Su cabello estaba despeinado y en vez de usar el uniforme; usaba unos shorts deportivos y la camiseta de su equipo favorito porque entreno después de clases.
- ¿No puedo sentirme así?. - Él ríe y toma mi mano.
Continuamos caminando hasta llegar al portón blanco de su casa.
- Solo vamos a hacer tarea. - Dice mientras busca sus llaves en la mochila.
- Ah. - Él nota mi desgano y me mira.
- ¿Cómo que "ah"?. ¿Acaso tienes un plan mejor?. - Inquiere inclinándose hacia mí.
Permanezco en silencio mirándolo con complicidad. El se pone nervioso como si captará mis deseos de besarlo, sentir su piel y hacer eso que me gusta.
Recorremos el patio principal decorado con flores y plantas,una vez entramos a su casa él se arroja a mis brazos y me roba un besó.
- ¿Acaso lees la mente? - preguntó mientras lo abrazó.
Arrojamos nuestras mochilas y sin apartarnos del otro; nos arrojamos al sofá a seguir con nuestro beso.
- Oye - Se separa un poco de mí para poder hablar. - Ayer fue el cumpleaños de mi mamá, ¿Quieres un poco de pastel?.
- ¿Pastel?. Si por favor. - Froto mis manos de tan solo pensar en dicho postre.
Hernan se levanta del sofá y se dirige a la cocina. Yo lo sigo y me recargo en el umbral.
El saca una gran bandeja del refrigerador y la coloca en la barra de la cocina.
- ¿Por qué no dijiste que fue el cumpleaños de mi suegra?. - Cuestionó cruzando los brazos. - Podía haber venido con un regaló como un perfume o unas flores, mi domingo podía haberme alcanzado para algo para ella.
- Lo siento amor, fue una fiesta sorpresa. Ni yo lo sabía. - Dice mientras corta el pastel y luego me encara. - ¿Flores?, ¿Le ibas a regalar flores a una florista?.
- Tampoco es que las fuera a comprar en su tienda.
- Eso sería el colmo.
Ambos reímos un poco. Él me entregó mi rebanada y mientras comía comencé a pensar en cosas.
Nunca había conocido a la madre de Hernan, ni siquiera cuando éramos amigos. Se como es ella porque la suele presumir en sus estados de Whatsapp, es una mujer joven y bonita, tan bonita que nuestros amigos y compañeros lo molestan con eso cada que pueden y también sé que es la dueña de la florería "Edén" ubicada en la calle Aldama.
Nunca me la he topado y se que rara vez va a las reuniones de la escuela, podría decirse qué todo el tiempo se la pasa trabajando.
Jamás he querido presionarlo con respecto a presentarme a su madre, porque sé que aún no sale del closet con ella y entiendo, yo ya pase por esa etapa. Pero eso no quita que tenga curiosidad por conocer a la mujer que trajo al mundo al chico más dulce y encantador del qué me pude haber enamorado.
- ¿Está rico? - Indaga ocasionando qué salga de mis pensamientos.
- Es perfecto. ¿Dónde lo compraron?.
- En "Betún y fresas".
- Ahhh, con razón. - Ubique enseguida el lugar.
Hernan asalta mi plato, desliza uno de sus dedos por el glaseado de chocolate de mi rebanada y se lo pasa a la boca.
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El diario de las violetas
Teen FictionDespués de una tormenta que dejó afectaciones en la ciudad; Sebastian acude a la playa con su mejor amigo a curiosear y buscar algún objeto de valor que la marea alta haya traído a la costa. En medio de la búsqueda encuentra una lonchera metálica q...