Prólogo.

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     Abrí mis ojos irritada. Mi madre hablaba por teléfono con no-se-quien. No me molestaba que lo hiciera, claro estaba, me molestaba que estuviera frente a mi habitación hablando como si nadie estuviese durmiendo. Me tapé la cara con una almohada, la cual fue arrebatada unos segundos después.

_Tuviste un bonito sueño anoche ¿verdad?

Me senté inmediatamente de la cama, encontrándome con la no muy bonita sorpresa de tener un chico observándome en el otro extremo de la habitación. No me mal interpreten, estaría feliz de ser otra persona. Pero era Luke, Luke Stuart. Mi vecino.

Y la pregunta del día era: ¿Que demonios hacía Luke en mi habitación: y porque?

Luke Stuart, mejor conocido como uno de los dioses griegos del instituto.  Ojos y cabello obscuro, cuerpo para morirse y un culo deseable. Ha sido mi vecino desde hace un año, y desde entonces a tomado la rara manía de venir a mi habitación cada vez que le nacía. Mi madre no se oponía a ello, al contrario, opinaba que era un chico muy tierno y amable. Pero no lo consideraba precisamente de esa manera.

La mayoría de las chicas del instituto querían salir con el, o simplemente tener una noche loca. Impresionantemente, Luke no ha tenido una relación desde hace tiempo. Claro, se ha llevado a varias chicas en las fiestas, pero simplemente por una noche. Han habido rumores de que ha roto cartas de amor, lo peor de eso es que lo hace frente a la cara de sus admiradoras.

_¿Que rayos haces en mi habitación?_ Dije lanzándole una almohada en su cara. El soltó una carcajada y volvió a ponerse cómodo en el sofá.

Se cruzo de piernas, guiñándome un ojo, pero se le pincho 'eso' que lo diferencia de ser mujer y salió gritando como marica.

_Mi madre esta hablando con la tuya, así que me dio permiso para venir aquí._ Dijo una vez se le paso el dolor.

Puse los ojos en blanco.

¿Como mi madre se atrevió q dejar pasar a este fenómeno a mi habitación? Lo fulminé con la mirada y me tumbé nuevamente en mi habitación. Le hice una seña para que se fuera, pero como supuse, me ignoró cruelmente.

Vi como sacaba su teléfono móvil y tecleaba en el. Soltó una pequeña carcajada y se puso de pie nuevamente.

_¿Ya te vas?_ Dije ya algo molesta. El me mando una mirada divertida y luego me lanzo una almohada.

_No, solo me quería quitar la chaqueta. Ya sabes, me enciendes, nena._

Ignoré el beso volador que me había enviado y su comentario. Le mostré mi dedo corazón y me dispuse a salir de la habitación. Si el no lo hacía, lo haría yo. Pero antes de hacerlo, di media vuelta para encararlo.

_VE Y FUMATE UN PEDO PERO LARGO DE MI HABITACION, CARA DE PERRO ARRUGADO.

La mañana continuó con gran mejoría luego de que Luke se hubiera largado de la casa. Mi madre actuaba un poco diferente, parecía nerviosa. Y para cuando le pregunté que había sucedido, me dio la terrible noticia que nunca antes pensé escuchar.

_Alison, de verdad lo siento mucho, pero debo hacerlo_ Mi madre comentó por octava vez.

Ella tiene que irse de viaje, y se le ocurrió su mas estúpida idea: Dejarme en casa de los Stuart.

_No es buena idea.._ insistí.

Pero mi madre ya estaba decidida y estaba segura de que nada le haría cambiar de opinión.

Activando plan: Acabando al playboy.

N/A:
Gracias por leer; continuaré editando.

Hasta Luego.

Playboy [Editando] Where stories live. Discover now