🌀 CAPÍTULO 10 🌀

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Elizabeth

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Elizabeth

—¿Quién es ese tipo?

Elizabeth caminaba de un lado a otro tratando de pensar quién era el espía que había subido al barco sin que nadie se diera cuenta. Adham se encontraba sentado en su escritorio, apoyaba su barbilla en las manos que tenía cruzadas mientras pensaba en el pirata que no era de su tripulación.

—Podría ser un maldito secuaz del capitán Sharkblack —él no pensaba llamarlo padre—, ¿lo viste cuando estabas en la isla Tiburón?

—Recuerdo perfectamente a los piratas que me hicieron daño —se paró en seco y lo miró—, solo cinco hombres estuvieron conmigo, el que me hacía los cortes, el que tomaba muestras de mi sangre, otro que me llevaba un pedazo de pan, el que abría los canales para que entrara el agua a la celda y Sharkblack.

Adham apretó la mandíbula y frunció el ceño, odiaba tener que recordarle a Elizabeth todo lo que sufrió cuando ella se encontraba secuestrada por el capitán Sharkblack. Aunque ella se mostraba muy calmada, pero curiosa por saber quién era ese pirata.

—Podemos hablar con él.

—¿Y de qué hablarías con él?

—Podría preguntarle quién es y saber quién es su capitán.

—Sí claro, y te responderá con toda la honestidad del mundo —reprochó Adham sarcásticamente—, es un pirata, los piratas mienten. Dudo mucho que responda a alguna pregunta con sinceridad.

—Pero golpeándolo y torturándolo, ¿dirá la verdad? —contestó Elizabeth poniendo sus manos sobre su cintura y fulminándolo con la mirada.

—Está bien, quieres hablar con él, ve y hazlo.

Elizabeth asintió y salió del camarote. En la cubierta había algunos de la tripulación que estaban bebiendo cerveza o jugando cartas, o simplemente jugando a las vencidas. Se acercó a la pequeña puerta que daba a la segunda planta, caminó entre las hamacas y encontró la puerta que llevaba al cuarto donde guardaban provisiones, al entrar se encontró con Dorian y Oliver que estaban vigilando al pirata que tenían atado a una silla.

Lo miró con atención, estaba cubierto por una ropa vieja y harapienta, le habían quitado el parche que cubría su ojo izquierdo y se podía notar que en él ya no había uno, tenía varias cicatrices en el rostro, el ojo bueno tenía un moretón. Sus brazos y piernas estaban atados a las patas y respaldo de la silla.

—Capitana Williams, me alegra saber que vino a verme —dijo el pirata con una horrible sonrisa.

—Cállate, alimaña —contestó Oliver golpeándolo en el rostro.

—¡No lo golpees! —espetó Elizabeth con una mirada molesta hacia Oliver.

Elizabeth todavía no se acostumbraba a estas técnicas. Dorian se acercó a ella, la tomó del hombro con dulzura y la alejó del prisionero para que pudieran hablar sin que los escuchara.

Contra tiempo ✔ [#2]Where stories live. Discover now