–Maestro, déjeme ir por Palpatine.– pidió Obi-Wan.
–De Palpatine, yo me encargo. Tú con tu ex aprendiz debes ir. – dijo el pequeño hombre verde.
–Pídame lo que sea Maestro, menos acabar con Anakin.
–El destino así es, ve. Tú deber es terminar con él.
Yoda se retiró sin escuchar más réplicas del joven maestro. Mientras tanto Obi-Wan estaba preocupado por ir a enfrentar a Anakin, no quería ir, pero él junto a Yoda eran los últimos jedi que quedaban. Era su deber.
Sin saber dónde podría estar su ex aprendiz, fue con Padme, él sabía de esa relación, había que ser tonto para no saberlo. No eran muy discretos.
–Padme, mató a los niños del templo. Si sabes dónde está, tienes que decírmelo.– le pidió a la joven senadora.
–No lo sé maestro Kenobi, y lo que dices es imposible. Anakin no lo haría, ahora sí me disculpas, tengo que irme a Naboo.
–El bebé que esperas, es de él, ¿verdad?– preguntó tranquilo.
–Adiós Maestro Kenobi.– lo despidió la mujer
Si algo no era Obi-Wan, era ser tonto. Con sigilo, se escondió en la nave de la senadora, sabía que iría con él, así que se dejó llevar. Pronto reconoció el planeta, Mustafar, recordaba que Anakin y Ahsoka tuvieron una misión ahí, para salvar a niños que eran intensos en la fuerza.
Vio bajar a Padme, para su encuentro con Anakin, vio como su aprendiz hablaba con su esposa, como al verlo en la nave se enojó con ella, con el extra de la sonrisa en su rostro. Usando la fuerza, ahorcó a Padme y luego tiró su cuerpo a un costado.
Lentamente, Anakin empezó a caminar hacia la nave, a la vez que Obi-Wan bajaba de ella. Con cada paso, Kenobi maldecía a Yoda, le había advertido, le había suplicado que no se le diera esa misión.
–Obi-Wan.
Una corriente atravesó su columna al oír su voz. Se encontraron frente a frente.
–Anakin.
Su ex aprendiz sonrió al oír su nombre, con tranquilidad, acercó su mano al rostro del mayor, la misma mano que había usado la fuerza para ahogar a la senadora.
–Sabía que vendrías, Palpatine lo dijo, me dijo que Yoda estaría tan cegado en enfrentarlo, que te enviaría a ti.– le dijo mientras delineaba sus labios con su pulgar.
–¿Cómo sabías que estaba vivo?– preguntó sin alejarse del contacto.
–El vínculo, recuerda, nunca lo rompimos. Igual, sabía que sobrevivirías, eres Obi-Wan Kenobi después de todo.
–Ani, mataste a los younglings.– le recrimino Kenobi.
–¿Crees que iban a estar bien en el régimen de Palpatine? Si yo no los mataba, los clones lo harían, no quería eso para ellos.– explicó con tranquilidad.–¿Supongo que has venido a eso?
El mayor no respondió, no podía. Fue entonces que la mano de Anakin dejó de jugar con su cabello y se posicionó en su barbilla y la levantó, para que lo mirará.
–Le pedí que te perdonará la vida, él aceptó. Se que en cualquier momento intentará asesinarte, pero si vienes conmigo, si te unes a mí, podremos terminar con él y tener a la galaxia a nuestros pies.
–¿Te estás escuchando? ¿Y Padme?– pregunto mirando a la mujer que seguía en el piso.
–Te lo dije en la nave separatista, Padme no me importa, si te preocupa el bebé, sigue vivo, bueno, siguen vivos.– contestó sonriendo.– Serán nuestros, nuestros hijos, los criaremos juntos.
Obi-Wan tragó saliva antes sus palabras.
–Pensé que al casarme con Padme podría olvidarte, pero no pude, ella fue un reemplazo, a quién he querido siempre es a ti. Únete a mi, se mío, gobernemos juntos está galaxia. Tú, los bebés y yo, seremos una familia. ¿No lo quieres? ¿No quieres tener una familia? ¿No quieres dejar esto de los jedi atrás? ¿No quieres ser libre?
–¿Libre? Estaríamos bajo el yugo de Palpatine.– le recordó el hombre.
–Al que derrocaremos, imagina lo que podríamos hacer si gobernamos juntos, no más corrupción, no más esclavos. Una galaxia llena de paz. – le dijo viéndolo a los ojos.
Y por eso es que Obi-Wan le pidió a Yoda no enfrentarse a Anakin, porque no iba a poder enfrentarlo, porque amaba tanto a ese chico que haría lo que fuera por él.
–¿Juntos?– preguntó.
–Para siempre.
Sabía que estaba haciendo mal, que estaba traicionando a sus hermanos jedi, pero por una vez quería ser egoísta. Puso sus brazos alrededor del cuello de Anakin y lo jalo para besarlo, no un beso pequeño como el de hace unos días, no, está vez era un beso cargado de pasión y amor.
Cuando se separaron, Anakin sonrió al ver el nuevo color de ojos de su amor. Juntos transportaron a la senadora a la nave más grande y se dirigieron a la nave imperial más cercana.
–Obi-Wan, ¿me escuchas?– la voz de Yoda sonó por el comunicador del mayor.
–Obi-Wan está muerto.– fue lo que contestó, para luego romper el aparato.
Al llegar a la nave del imperio, fueron recibidos por Palpatine, quien se veía feliz por el resultado.
–Bienvenido Kenobi, me alegra que te unieras, cómo lo prometí, no te haré daño. No ahora que eres uno de los nuestros.– le dijo.
Rápidamente ambos, lograron detectar la mentira.
–Gracias emperador, pero ahora me preocupa el bienestar de mis hijos.– dijo mirando a Padme.
Con un asentimiento, Obi-Wan llevó a Padme con los droides doctores quienes se encargaron de ayudarla con el parto.
–Obi-Wan, ayúdame.– pidió la mujer en un momento de conciencia.
Pero el ex jedi solo la miró, mientras sostenía al primer bebé, una hermosa niña. Para el nacimiento del segundo bebé, Anakin entró a la sala.
–¿Ani?– Padme se veía ilusionada.
–Maestro Vader, el segundo bebé.– dijo el droide dándole a un saludable niño.
Anakin tomó al niño sonriendo, tenía un niño y una niña, y ahora tenía a su Obi-Wan.
–Por favor, ayúdenme.– pedía la mujer.
–Gracias por llevarlos Padme, como entenderás, Obi-Wan no puede producir tal milagro.– le dijo Anakin mirándola, a la vez que usando la fuerza, le quitó el anillo de matrimonio, para luego romperlo.– No lo necesitarás.
–Su pulso es débil señor, pero podríamos salvarla.– informó el doctor droide.
–¿Qué dices cariño? ¿Quieres tener más hijos?– preguntó Vader a su esposo, porque eso era desde que se besaron.
–Sálvenla, métanla en las celdas, siempre puede ser de utilidad.– dijo Obi-Wan sonriendo.– Que al menos nos dé un par de niños más.
Salieron del cuarto con los gritos de Padme detrás de ellos, pero no les importaba, en sus brazos estaba lo más importante, sus hijos. Era cuestión de tiempo para que Anakin matará a Palpatine y ellos gobernaran la galaxia con justicia.
Cambiarían todo, juntos.
