Cigarros

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Charly y Nito eran los mejores amigos, tan cercanos que no había veces donde sus amigos no dijeran que parecían pareja. Se tenían ganas, eso estaba más que claro, pero ninguno de los dos decía nada, Charly era tan tímido cómo para hacer o decir algo respecto a lo nervioso que se ponía cuando Nito y él tocaban y cantaban canciones de su autoría juntos.

Estudiaban, tenían notas decentes, no eran los mejores ni los peores estudiantes, Nito y Charly conocían la vida del otro a la perfección, aunque nunca hablaban de su vida romántica ni de esos intereses.

Se conocieron desde que eran más jóvenes, quizá desde los quince años, donde su única preocupación era saber qué era lo que sus madres cocinaban luego de salir a jugar a la calle con sus amigos. Eran tiempos buenos, que solían recordar durante aquellas tardes donde salían a fumar a la azotea de la casa de Nito.

Y precisamente hoy era una de esas tardes.

Se habían saltado las clases, no era algo de lo que debían sentirse orgullosos, pero ya no había mucho que hacer, eran los últimos días de clases antes de vacaciones y sólo se dedicaban a poner tarea que ni siquiera revisaban, no había mucho problema con faltar, muchas personas lo hacían durante estos días.
Estaban sentados sobre la azotea del hogar de Nito, sus padres no estaban en casa pero no era fanático de estar dentro de casa.

Desde que Charly y Nito habían comenzado a tener la costumbre de fumar y beber refrescos ahí, habían subido unos cuantos cojines para su comodidad.
Charly fumaba cigarros cómo si ese fuera su oxígeno, no podría alcanzar a contar cuántas cajetillas podría acabarse por día, fumaba desde que era muy joven y a Nito nunca fue algo que le pareciera, pero prefería acompañarlo en su experiencia. Nito sabía contenerse, Charly no era muy bueno con eso.

-¿Será que puedes dejar de fumar por un rato?-Preguntó Nito, mirando a Charly con una sonrisa.

Recibió una negación de cabeza por su parte.

-Qué molesto.-Rió, mientras que tiraba su cigarro al suelo y lo pisaba.-¿contento?

-Bastante.

Él le sonrió, soltando un suspiro y dirigiendo su mirada hacía el cielo, comenzaba el atardecer y sentía la brisa mover sus largos cabellos, poniendo algunos sobre su rostro.

Tranquilidad, eso era lo que sentía.

Abrazaba sus piernas, apegando sus rodillas a su pecho, Nito le miraba expectante, curioso, admirandolo.

-¿Qué tanto miras, Carlos?

Preguntó Charly, volteando a ver a su amigo.

-Te miro a ti.

Honestidad.

-Qué tonto eres.-Charly rió nervioso.

"Ma vie" Nito Mestre × Charly García Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz