Capitulo 14. La subasta

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Se podría decir que he descubierto una faceta de Corina que nunca hubiese imaginado.

Le gusta experimentar y descubrir cosas nuevas cada día, su relación con el señor Charlie también es diferente. Ellos comparten habitación no como la mayoría de los nobles.

Es una señora impulsiva y con carácter pero también es la persona más buena y honesta que he conocido en todo mi vida. Ellos dos se complementan muy bien, aún no he conocido a su hija ella es la gemela de Cristopher, a diferencia de estos dos ella está casada y espera su primer hijo.

Hoy vamos a ir a una subasta, Corina me ha explicado un poco por encima de que se trata, no es que tenga interés ninguno en particular pero dice que no se puede desaprovechar una ganga.

Llegamos hasta el edificio en cuestión, nos sentamos y nos dan unas paletas, el señor nos explica que si estamos interesados en algo debemos levantar la paleta y si se sube la puja seguir levantandola.

No entiendo porque me han dado una si yo no dispongo de dinero para comprar nada.

Los primeros lotes me resultan un poco aburridos y a Corina no le llaman la atención.

Mi semblante cambia de color cuando veo algo que me resulta familiar, no hay duda alguna, se trata de mi casa!

Le comento a Corina y ella detiene la subasta, todo el mundo la mira asombrado.

Dejan aparcada a la venta de mi casa y continúan con otro lote, somos acompañadas por un señor hasta una habitación en el interior del edificio.

--- Señoras hay gente muy molesta por su interrupción en la subasta ---

--- Lo entiendo pero la propietaria de esa vivienda no ha dado su visto bueno ---

--- Señora estará insinuando.... ---

--- No insinuó, afirmó más bien, o me enseña ahora mismo los papeles donde figura quién está vendiendo este edificio o llamo a la policía ---

El señor se remueve en su asiento, se levanta y saca unos papeles, Corina los mira y me dice que son los títulos de escritura de la propiedad.

--- Afirma usted que la misma persona que figura en este título es la misma que lo vende ---

--- Yo... yo... ---

--- No diga nada la policía se hará cargo en un momento ---

--- No señora, por favor esta es la primera vez que cometo una falta... ella me aseguró que la dueña estaba fallecida ---

--- Pues ya ve que no lo está, aquí la señorita presente es la dueña de la propiedad. Voy a ser indulgente, cuando la señora regrese a por su dinero dígale que se pase por mi casa, ah por cierto lo olvidaba soy la condesa de Wood ---

Salimos de allí con las escrituras en la mano, en ella aparece mi nombre el de mi madre y el de otra señora.  Tres Elizabeth figuran en esa escritura.

Antes de volver a casa pasamos por un abogado este me explica que si ellas siguen en la casa puedo pedir una orden de desalojo. En apenas tres días deberían estar fuera.

Le comento a Corina que no me siento con fuerzas para enfrentarlas que prefiero que ella se encargue si no es mucha molestia.

Volvemos a casa y le cuento todo a mi Nana, ella sonríe y agradece a Dios padre por poner las cosas en su lugar.

Después de comer salgo al jardín con un libro entre mis manos, la temperatura es agradable y aunque parezca extraño hoy ha salido el sol.

Londres siempre ha sido una ciudad nublada, pero de vez en cuando también tenemos algunos días soleados.

--- Elizabeth podemos hablar ---

Levanto la cabeza y veo a Paul, mi caballero de ojos claros. Vuelvo la mirada hacia mi lectura y simplemente lo ignoro.

El cierra mi libro de golpe, por lo que me levanto de la banca enfadada.

--- No te voy a dejar ir hasta que me escuches ---

--- Tienes un minuto así que aprovéchalo bien ---

--- Siento la forma en la que te trate, no estubo bien pensé que eras una aprovechada ---

--- No te creo, yo solo vine aquí porque mi Nana estaba enferma y tú solo me juzgaste por mi oficio, solo cambiaste de opinión cuando supiste mi historia... Por cierto minuto acabado---

Me doy la vuelta y el sujeta mi brazo con fuerza pero sin causarme dolor.

--- No me has dejado terminar ---

--- No entiendes que no tengo nada que perdonar, tu haz tu vida que yo haré mía ---

Me suelto de su agarre y me marcho al interior de la casa, antes de entrar escucho como dice:

--- Eso ya lo veremos, te voy a conquistar!---

Suspiro y niego mientras camino, este hombre es imposible.

Estoy a punto de entrar en el saloncito cuando escucho una conversación, esa voz me causa escalofríos por lo que me quedo totalmente estática.

--- Quiero mi dinero! ---

--- Que dinero, el de una casa que tiene dueña o el de una dote que tú gastaste!---

--- Pero que dices eso solo son patrañas, recuerda que mi título es superior al tuyo ---

--- Y tu recuerdas que además de título necesitas dinero e influencias para ser alguien en esta ciudad ---

--- Acabas de cavar tu propia tumba condesita ---

--- Mmm... no me das miedo, ah y por cierto tienes dos días para devolverle el dinero de la dote de Elizabeth sino lo haces lo pondré todo en manos de la policía y recuerda que yo tengo las pruebas... así que deprisita---

--- Es mucho dinero...---

--- También era mucho entonces y lo dilapidaste todo ---

--- Mis hijas y yo lo necesitábamos---

--- Y su propietaria no? No seas hipócrita tienes dos días o te denunciaré por apropiación de bienes y por venta ilegal y ahora te pido por favor que te marches de mi casa ---

Escucho la puerta abrirse y cerrarse, doy unos pasos y veo a Corina con una sonrisa en la cara.

--- Ha ido bastante bien, solo me ha faltado arrastrarla por los pelos pero eso me dejaría en muy mala posición...---

--- Me gustaría tanto ser tan valiente como tú! No le tienes miedo a nada Corina ---

--- No siempre fui así... ---

Corina agacha la cabeza y limpia una lágrima rebelde de su rostro.

Y ahora vamos a ordenar la cena, que te apetece hoy cenar?

Me quedo mirándola y sonrió, veo que todos guardamos secretos y luchamos contra nuestros propios demonios.

Un Amor entre cenizasWhere stories live. Discover now