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La mirada fría que Li Jiwei le dio a su amigo se podía comparar con el Polo Norte, y si hubieran estado solos ya su rostro habría cambiado de forma.

El ancianos Leng luego de salir del shock se dio cuenta del ambiente que había, pero no estando seguro de porque era, se aclaró la garganta y habló.

"Entonces, ¿que debo hacer para recuperarme?" preguntó el y la niña le prestó atención.

"Por ahora, primero le daré unas recetas para que se las tome, también los alimentos que debe evitar, yo vendré a darle acupuntura una vez a la semana, no acepte nada de lo que le den sus nietos, si puede Use guantes hasta que se pruebe la culpabilidad, y le aconsejo que haga algo con el doctor que lo atiende, al menos que sea un cretino, debería haber sabido que algo iba mal" le explicó ella con seriedad sin percatarse de la guerra que ocurría por su casual comentario.

"Ujum, eso haré, no te preocupes" asintió el cooperativo.

"Ya debemos irnos" habló Li Jiwei ganando la atención de todos "es tarde ya"

"Cierto, mañana tengo escuela, no puedo ir cansada" dijo ella poniéndose de pie y tomando su té de un solo trago, sin notar como los ojos azules que la miraban se oscurecían.

Jiwei miró como la niña pegaba sus rosados labios en la parte de la taza por la que el habia bebido, y sintió algo caliente corriendo por sus vengas, deseando morder esos labios con fuerza.

Ambos Leng también notaron la acción de la muchacha, así como la mirada hambrienta de el hombre a su lado, y por un momento se quedaron sin saber que decir.

"Delicioso" dijo lamiendo sus labios, y unos ojos hambrientos siguieron el movimiento de su lengua, para que luego la sacara del lugar a rastras, ignorando los ojos abiertos de las personas que dejaron atrás.

Lu Xin miró al hombre que caminaba rápidamente agarrando su mano, asi como su respiración pesada y las pupilas dilatadas, asi que sonrió picaramente sabiendo lo que eso significaba.

Y no se equivocó cuando el hombre la metió en un lugar oscuro, la empujó contra la pared y bajó la cabeza para capturar sus labios en un beso fogoso.

Li Jiwei se sentía en el cielo, los labios de la niña se sentían como el paraiso, y sobre todo como ella trataba de responderle el beso como podía, y podía sentir sus pequeñas manitas tocando de forma suave su pecho.

Mordió su labio logrando sacarle un jadeo y su mano, la cual estaba en su cintura, bajó de forma suave y sensual hasta posarse sobre su trasero y apretarlo un poco, sacándole un ligero jadeo a la mas joven.

Cuando se estaban quedando sin aire, el se separó a regañadientes de ella, y abrió los ojos para encontrarse una imagen que habría querido guardar por siempre.

La niña tenía los ojos entrecerrados y llorosos, con las esquinas rojas al igual que sus mejillas, sus labios estaban hinchados, húmedos y rojos debido al largo y feroz beso, ella lo miraba tímidamente y el se sentía el hombre mas dichoso del mundo.

Volvió a acercar su rostro al de ella y observó con ternura como ella volvía a cerrar los ojos y hacer un puchero esperando el beso, pero el le dio un beso en la frente y ella lo miró con ojos desconcertados por eso.

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"Me besaste, eres responsable de mi" dijo Jiwei muy serio y Lu Xin lo miró con incertidumbre.

"Pero tu me besaste primero, ¿porque debo ser responsable?" preguntó con un puchero, y en cualquier otro momento Jiwei hubiera cedidos, pero como era por su futura vida marital, fue serio.

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⏰ Última actualización: Oct 02, 2023 ⏰

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Una Latina en ChinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora