13 { ¿Tu Ángel Caído? } ♡

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Dalia Miller.

Tal y como dijo, se sacó el suéter y quedó como nuevo, gracias a dios el agua no pasó del suéter.

Le serví otro vaso pero esta vez no se cayó.

Ambos fuimos al comedor y acompañamos a los demás. Luego de haber charlado un poco mientras cenábamos ellos tenían que irse. 

Deman llevó al auto a Izan y lo ayudó a subirse. El mayor regresó a la puerta para hablar con Ivonne porque ella no quería salir, había mucho frío afuera.

Estaba con ellos cuando volví a acordarme del suéter.  Dejé a los chicos ahí y caminé con demasiado frío hacia el coche.

Luego de tocar el cristal Izan lo bajó.

—Dejame tu suéter— hablé con pena por lo sucedido.

—No, gracias.

Podía jurar que quería sonreír pero algo se lo impedía. Su semblante se volvió serio pero no era aquel tipo de serio que siempre tenía, este era uno relajado.

—Vamos Izan, lo he manchado yo, dejame lavarlo y luego te lo llevo a tu casa— hablé con un poco de esperanza de que quizás cambiaría de opinión.

—Ya dije que no Dalia, respeta mi decisión— nos miramos.

—¿Por qué no?

—Porque así estamos bien, sin vernos,  sin hablarnos y sin interactuar.

Lo miré.

Su respuesta había dolido.

Y otra vez, era yo insistiendo.

Respire profundo luego de ver como subía el cristal de la ventana.

Izan Harrison no era para mí. 

Me abracé a mi misma por el frío que había y con los ojos llorosos caminé de vuelta a casa.

Pase de los chicos y fui a mi habitación. Miré el cuadro que había comprado hoy y comencé a llorar.

En él están las primeras Dalias que Izan me regaló, en la esquina del cuadro posaba la nota.

Para: 
Dalia Miller.

"Voy a darte mil razones para amarme"

Firma:
Izan Harrison.

En el otro cuatro estaban las notas de los minutos que "según" Yessica me gritaban que Izan me quería pero no.

O quizás si me quería pero no de la misma manera que quería que lo hiciera, porque yo lo amaba a él.




♤~♤~♤~♤

Izan Harrison.

Sus ojos se llenaron de agua y no entendía por qué. Decidí subir el cristal de la ventana para dar por terminada la conversación.

Pasó frente al coche abrazándose a sí misma.

"Porque así estamos bien, sin vernos,  sin hablarnos y sin interactuar" fue lo que le dije. 

Era lo mejor, para mí y para mi palabra "Olvidaré lo poco que paso"  aquello que le dije aquel día en el café cuando me dejó claro que no quería ningún tipo de relación conmigo.

Sí, lo acepto, moria por Dalia pero lo más probable era que ella por mí no. La dejé ir cuando algo en mi me decía que no lo hiciera, sin embargo lo hice. No podía correr e ir detrás de ella.

ℱ𝓊ℯ𝓇𝒶 𝒟ℯ ℒ𝓊ℊ𝒶𝓇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora