Muchas emociones

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Hoseok estaba un poco confundido, siempre había pensado que le gustaba Yoongi... Pero desde que conoció a Jungkook comprendió al 100% lo que era gustar de alguien.

Le daba mucho miedo esa sensación pero quería conocer más a Jungkook y sabía también que le debía una explicación respecto a la regresión de edad...

Había notado que desde que Yoon había ido a supervisarlo aquel soldado se había empeñado aún más en mejorar. Supuso que realmente le había afectado lo que le había dicho.

También una loca idea había aparecido en su cabeza: invitar a algún lado a Jungkook cuando sus pequeñas vacaciones comenzaran. Tal vez serían solo una semana máximo pero podría usarlo como excusa para seguir viéndolo...

Todo eso estaba pensando mientras terminaba el papeleo del día, estaba tan distraído que el pequeño golpe en la puerta lo hizo brincar.

— Lo siento, señor. No pretendía asustarlo – dijo el soldado en el que estaba pensando en ese momento.

— No se preocupe, soldado. Estaba muy consentrado en mi trabajo – contestó, pues en parte era cierto — ¿En que puedo ayudarlo?

— ¿Puedo hablar con usted un momento? – pidió aún en la puerta.

— De acuerdo, cierre la puerta cuando entre.

Jungkook había hecho aquello sin dudarlo y caminó hasta Hoseok.

— Me debe una explicación, Sargento. –lo acusó

Hoseok suspiró.

— Lo sé, ¿por eso viniste, Kook? – preguntó aventurandose con ese apodo.

— Algo así... Supongo que solo quería hablar con usted... Ya no he podido estar a solas contigo... – cambió su forma de hablar a algo más informal.

— Bueno, ya has hecho un mejor trabajo. Que ya no hayas tenido tantos castigos es bueno – le recordó.

— Lo sé, pero era mi tiempo contigo... – insistió Jungkook haciendo que el Sargento se sonrojara un poco.

Debido a eso el soldado acercó su mano a su mejilla para acariciar aquel sonrojo.

Hoseok comenzó a jugar con sus manos nervioso y poco después detuvo la mano de Jungkook, quien decidió entonces no soltar su mano.

— Kook... No... Umm.. Esto es peligroso aquí y... Siempre haces que me sienta pequeño – admitió el Sargento con pena.

— Estoy dispuesto a correr el riesgo... Y... ¿Podrías contarme más sobre eso? – insistió el soldado.

Fue entonces que Hobi comenzó a explicarle sobre la regresión de edad y como la usaba para sengirse mas tranquilo y admitió que no sabía bien la razón pero él lo hacía sentir pequeño con sus acciones.

— Tal vez porque vienen desde un cariño auténtico – admitió Jungkook.

Una risita nerviosa salió de Hoseok, nunca se había reído de aquella manera...

— Tengo muchas ganas de besarte – soltó entonces el soldado.

— No... Al menos... No aquí...

El menor sonrió porque no había sido realmente un rechazo.

— ¿Quisieras... Ir conmigo algun lado estas vacaciones que vienen? – le preguntó Hoseok.

— ¿Podré entonces besarte?

— No puedo asegurar eso...

— Entonces... ¿Podría convivir con Seokie?

El Sargento sonrió ante aquella idea.

— Tenlo por seguro.

— Entonces estaré contigo todo ese tiempo – acceptó el soldado.

Fue hasta entonces que Hobi se dio cuenta de que nunca había soltado la mano de Jungkook durante la conversación.

— Me retiro entonces, Sargento – dijo el soldado mientras dejaba un beso en la mano de Hoseok.

— Nos vemos después, soldado.

En cuanto salió Jungkook y se fijó que estaba completamente solo... Hoseok abrazó su pancita intentando controlar su gran emoción de felicidad.

Nunca antes se había sentido así, prácticamente tenía una cita con aquel soldado... Pero no cualquier cita, una pequeña cita.

Dio brinquitos de felicidad, dio vueltas en su lugar y dirigió ahora sus manos a su corazón. Iba muy rápido.

Tenía que calmarse porque no podía entrar en Little en ese momento, tenía trabajo... Pero... No aguantaría mucho más tiempo grande, tomó su teléfono de emergencia que solo usaba con Yoongi y le mandó aquel sticker que habían quedado de usar para avisarle que se estaba sintiendo pequeño.

Cuando Yoongi entró el pequeño Seokie corrió a abrazarlo y darle muchos besitos en la mejilla.

— Wow, este bebito está muy cariñoso hoy – le dijo cargándolo.

— ¡Seokie, feliz! – gritó el pequeño.

— Ya lo noté, bebé. Me alegra que estés feliz, pero... Seokie, quedamos que debías aguantar hasta la noche para ser pequeñito ¿qué te hizo sentir así? – le preguntó con mucha calma.

— ¡Kookie! Kookie hace feliz a Seokie y Seokie bebé – le explicó.

Yoongi hizo una mueca pero comprendía...

— De acuerdo, amorcito ¿crees poder volver a ser grande por un tiempo? – ese era el dilema más grande en ese momento, no sus celos.

Seokie negó con la cabeza.

— ¡Seokie bebé! – insistió.

— ¿Cómo te puedo convencer? – preguntó entonces.

El bebé lo pensó mucho tiempo.

— ¡Kookie cuide Seokie en noche!

Yoon suspiró pero asintió, no sería difícil convencer a aquel soldado aunque eso le molestara... Prefería ver feliz a Hobi.

El sargento JungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora