Una colección de relatos Fanfiction de mi autoría, son relatos que pueden ser de todo género con un toque de oscuridad. Este es un libro especial que se actualizará durante los meses de Octubre y Noviembre por las celebraciones de estas fechas.
Ofic...
Pov: Una paciente acude con un terapeuta al sentirse observada todo el tiempo.
Advertencias: Paranoia, ansiedad.
Extensión: 876 palabras.
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🔪I Always feel like somebody's watching me🔪
La mañana era fría, igual que cualquier día en otoño, y Rachel se dirigía a su habitual consulta con el terapeuta de la ciudad. Después de la muerte de su hermano, Rachel había sentidose observada las últimas semanas, creía que había alguien que la espiaba constantemente .
Se lo contó a sus padres, a su novio, e incluso a su mejor amiga, pero todos le decían que lo más probable era que estuviera estresada, y se estuviera imaginando cosas. Claro, que no le quedó más opción que ir con un terapeuta, la Doctora Rose.
El consultorio de la doctora era un lugar acogedor, paredes de un suave color crema, cortinas blancas, y un sillón acolchonado frente al escritorio de la doctora. Lo que a Rachel le gustaba de sus consultas semanales, era que el consultorio no parecía una sala de interrogación, como en las tantas películas de suspenso que le gustaba ver los fines de semana , más bien era un lugar en el que se sentía un ambiente amigable. Un ambiente que le daba la confianza y seguridad de hablar sobre todo lo que llevara encima.
Después de saludar a Leslie, la recepcionista del centro, entró a dicho lugar, exactamente a las diez de la mañana, igual que cualquier otro miércoles, saludó a la doctora Rose con una sonrisa en su rostro, y se puso cómoda en el silloncito en el que siempre tomaba asiento.
La Doctora Rose, una mujer de tez negra, cabello rizado, y sonrisa encantadora, recibió a Rachel con un emotivo abrazo al igual que todos los días que la veía.
— ¡Hola hermosa! ¿Cómo has estado? —preguntó.
— Mejor que la semana pasada —respondió Rachel de forma honesta.
— ¿Si? ¿Has dormido mejor? —preguntó sacando un bolígrafo y un block de notas.
— Un poco, ya no he tenido tantas pesadillas, pero hace dos dias estaba en cama, no había nadie en casa y tenía todas las puertas y ventanas cerradas, pero escuché ruido en la puerta de abajo —dijo Rachel.
— Oh, querida, ¿Otra vez con eso? Mira, déjame explicarte algo...
— Se que ya hemos hablado de esto, pero realmente siento que hay alguien espiandome todo el tiempo, a veces estoy en la sala de estar, viendo alguna película y creo divisar movimiento, pero no hay nada...
— Ese es el punto Rachel, no hay nada —dijo la doctora.
— Lo se, pero hay veces que suena el teléfono fijo de casa, respondo la llamada y sólo se oyen respiraciones del otro lado, ¿Eso qué significa? —dijo Rachel desesperada.
— Eso significa que debes llamar a la compañía telefónica y poner una queja del mal servicio. Sólo son interferencias, pasa todo el tiempo —dijo la doctora.
— Pero, ¿Y Ghostface? —preguntó Rachel, tocando el tema al que no queria llegar.
— ¿Ghostface? —repitió la doctora.
— Si, hace un año asesinó a mi hermano, ya he hablado de eso, pero... siento que esta vez, es por mi por quien viene —dijo Rachel en un tono de voz más bajo.
— Escucha, Rachel —dijo la doctora— la policía atrapó a Ghostface el año pasado, ya no hay peligro.
— Pero Ghostface siempre regresa, ¿No? Es lo que siempre dicen, y de hecho, es cierto, año tras año, ocurre una masacre, y ¿Quien es el culpable? Exacto, Ghostface —dijo Rachel.
— Debes tranquilizarte, Rachel. Mira hacia atrás, y ve cuánto has avanzado. Desde la muerte de tu hermano, hasta ahora, eres una persona totalmente diferente. Te he visto das hasta el mas pequeño paso, y estoy orgullosa de ti —dijo la doctora haciendo que Rachel lagrimeara un poco.
— ¿Cree que debo dejar de preocuparme? —preguntó Rachel.
— Definitivamente, debes dejar de preocuparme. Ahora, déjame darte un té, es el que yo bebo cuando no logro dormir por las noches —dijo la doctora.
— De acuerdo, gracias Doctora —dijo Rachel.
— No hay de qué preciosa.
La Doctora Rose abrió con una llavecita el cajón de su escritorio. Apartó la máscara de Ghostface que ocultaba cuando estaba en el trabajo y sacó las bolsitas de té, las colocó sobre el escritorio y nuevamente acomodó la máscara sobre el cajón, pero al hacerlo, ésta y su bolígrafo cayeron al suelo.
— Oh, déjeme ayudarle —dijo Rachel antes de agacharse en el suelo.
— ¡No! No te preocupes, cariño, ya está —dijo la doctora recogiendo el bolígrafo
Pateando la máscara debajo de un anaquel para evitar ser vista, la Doctora Rose retomó la compostura y volvió a poner su encantadora sonrisa, lista para seguir con la consulta de Rachel.
Lista para que cuando llegara la noche, pudiera escabullirse en su casa como todos los días y observar cada movimiento que hacía, hasta que llegara la hora, de terminar con si vida.
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#ScaryWattpad
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