CAP 4

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el amanecer de un nuevo día era una total tortura.

¿Qué tanto podía costar simplemente dormir un día más y no volver a despertar?

¿Por qué mi cuerpo seguía esforzándose por mantenerme con vida?

Me quedé unos minutos acostada en la cama, sintiendo el peso abrumador de la realidad sobre mis hombros. El cálido abrazo del acolchado no era suficiente como para calmar la tormenta de emociones que me consumía. Cada fibra de mi ser ansiaba escapar de esta existencia sin sentido.

¿Por qué aun seguia adelante cuando cada día se sentia como una lucha interminable?

Aunque odiaba tener que ir al colegio, enfrentar la dura realidad que me esperaba fuera de estas cuatro paredes seria aún más desgarrador.

No tenia la mas mínima idea de como encontrar la fuerza para continuar cuando cada aliento parecia ser una carga insoportable

Moví mi cuerpo de entre las sábanas que me cubrían y me calsé con las típicas botas de siempre, sin ganas. Entré al baño solo para enjuagarme la boca y deshacer un poco el desorden de mi cabello. No tenía tiempo para mirarme en el espejo de todos modos, solo terminaría destrozando la poca autoestima que me quedaba.

Caminé hasta la cocina y abrí el refrigerador, extrayendo una barra de cereales con desgano. Me dirigí hacia la esquina donde había dejado mi mochila la noche anterior y la recogí con un suspiro resignado. Al salir de casa, me sumergí entre los pasillos de la inmensa colonia, con la mirada fija en el suelo, arrastrando los pies hacia el colegio como si cada paso fuera una carga demasiado pesada para soportar.

 Al salir de casa, me sumergí entre los pasillos de la inmensa colonia, con la mirada fija en el suelo, arrastrando los pies hacia el colegio como si cada paso fuera una carga demasiado pesada para soportar

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Al llegar al colegio, el bullicio de los estudiantes llenaba el aire, pero para mí, era como si estuviera envuelta en un silencio sepulcral. Sin amigos que saludar ni compañeros con quienes intercambiar palabras, caminé sola por los pasillos hasta llegar a mi salón de clases. El sonido de mis pasos resonaba vacío en el pasillo mientras buscaba el aula.

Finalmente, encontré la puerta entreabierta del salón y entré con cautela. Mis ojos recorrieron la habitación, observando a los estudiantes charlando animadamente entre ellos. Con un suspiro resignado, me dirigí hacia el primer asiento vacío que encontré y me senté en silencio, sintiendo la soledad envolverme como una manta fría. Era otra mañana en la que enfrentaba la jornada escolar en completa soledad.

La tensión en el aula era palpable mientras las horas pasaban y los alumnos entraban y salían. Todo cambió cuando finalmente llegó la profesora. El silencio se apoderó de la clase mientras ella se sentaba en su escritorio y sacaba su computadora para tomar la asistencia.

(...)

Pasaron varios minutos cada vez sentia mas cerca el momento en que diria mi nombre...

-Uzi Doorman.

un chistosito del salón no pudo contenerse y gritó "¡Ausente como siempre!"

El eco de la risa resonó en la habitación, pero para mí, no había nada gracioso en ello. Era un chiste rancio y barato, pero lo que realmente lo hacia "gracioso" para los demas era la intención detrás de él, humillarme frente a toda la clase. La risa de mis compañeros resonaba como un eco sordo en mis oídos, alimentando la angustia que ya pesaba sobre mí.

~Ocultos~ (Uzi x N Murder Drones)Where stories live. Discover now