Capítulo 8. FBI

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— Creí haber sido clara cuando dije que se tomaran el tiempo de salir del salón, no aguantaré sus comportamientos inadecuados dentro de mi clase.— Habló Carolina Benson, una mujer de casi cincuenta años, maestra de inglés y uno de los tormentos más grande de Alya Harrison.

Alya se encogió de hombros, no le importaba en lo absoluto que la echaran de clase. Es más, no ha habido ningún día en el que Alya esté presente en todas las clases. 

Salió de la clase con la mirada fija de sus compañeros, largos segundos después salió la rubia. 

— ¿Ahora ya estás feliz?— preguntó Luciana con su cara roja de furia— Mira lo que haz hecho, me acabaron de sacar de clases, ¡Y todo por tu maldita culpa! ¡Vienes a arruinar todo, Alya!

— Y tú vienes a intoxicar todo, Luciana, y será mejor que me vaya, me pegarás lo zorra. 

Ella giró sobre sus pies y empezó a caminar hacía la dirección, pero se chocó con una persona. Él la miraba con una ceja arqueada, se cruzó de brazos y habló. 

— Dije que vayas a clases, no que vayas a pasear por los pasillos. 

— Si fui— respondió— pero me sacaron— continuó sin importarle.

— ¿Te sacaron? ¿Es porque llegaste tarde? — Preguntó Christopher, ella negó— ¿Y entonces?

— No es nada, nos vemos luego. 

Ella continuó su camino, no le iba a contar a Christopher lo que acababa de pasar, él se iba a enterar de alguna u otra forma, no desperdiciaría el tiempo.

Alya tocó la puerta de la dirección y entró al escuchar <<Pase>>, el director no se notaba sorprendido por la visita de Alya, ya se había acostumbrado a tenerla presente todos los días. Le preguntó que había pasado y ella respondió con sinceridad. La relación entre el director y Alya era como de un padre y su hija, puesto que, él la había visto crecer y era la razón por la cual aún no la había expulsado del instituto. William, el director, aún tenía la leve esperanza de que Alya podría cambiar y eso ella lo sabía a la perfección, pero lo único que sentía ella era pena por su pensar. 

El resto del día transcurrió normal, Luciana no se acercó a Alya, ni Alya tampoco a la rubia. La jornada de clases había acabado. Lia recogía sus cosas para ya salir para su casa. 

— ¿A qué no sabes que estuve haciendo mientras estabas afuera en la hora de inglés?— Alya la miró con confusión, era lógico que no sabía la respuesta— aún tengo que poner algo para que se vea aún más increíble, lo verás cuando lleguemos a casa. 

— La curiosidad me está matando. ¿Qué es?

— No, Alya, te digo que esperes a llegar a casa




[>>>]

— ¡Lia! ¿Puedo pasar?— preguntó a través de la puerta— No importa, ya pasé— dijo entrando a la habitación.

Liahna la miró mal

— ¿Para qué me preguntas si puedes pasar, si igual terminarás haciendo lo que se te da la gana? No, no. Mejor no respondas. 

Alya quiso soltar una carcajada pero optó por quedarse en silencio, bueno, a medias. 

— ¿Ahora si dirás que fue lo que has hecho?—La mala cara de Lia desapareció en cuestión de milisegundos, una sonrisa brillante apareció. Buscó entre sus gavetas y sacó una carpeta, se la dió a Alya y ella la abrió— ¿En qué momento hiciste todo esto? 

— Te lo dije, Alya. Cuando saliste en la hora de inglés— respondió volteando los ojos y con un tono de obviedad, Alya entrecerró los ojos y le lanzó la carpeta en la cama. 

— ¿Me dirás que hiciste un informe completo de Christopher en cuarenta y cinco minutos? ¡Es que eres increíble, de verdad! ¿Acaso quieres ser del FBI? con lo poco que ví pareciera que investigaste desde el dia de su nacimiento. 

— Prácticamente. Pero obvio no, no quiero ser del FBI, ¡Que terror! Ya te dije que quiero ser fotógrafa. 

— Yo sé. Ah, y no me digas que en esos cuarenta y cinco minutos que no estuve, le fuiste a tomar una foto al profesor y la pegaste ahí. 

— Andas sacando unas hipótesis muy raras, Alya, creo que el tener sexo con el profesor te hizo media chiflada. Y no, la acabé de sacar de Facebook  — respondió sonriendo— por eso te dije que te esperaras a llegar a casa. 

— Oh..., ya entiendo.— Ella tomó nuevamente la carpeta y la abrió— Asya Grey fue la última novia de Christopher, hace cuatro años— empezó a leer. Miró la foto detalladamente y se dio cuenta que su profesor es realmente atractivo. Tocó la foto con sus dedos delicadamente, luego la despegó de la hoja— Me la voy a quedar y no preguntes por qué. 

Lia levantó sus manos.

— No he dicho nada, tranquila, y siendo sincera, no me interesa. Yo ya sé como acabará esta historia. 

Soltó una sonrisa amplia y salió de la habitación dejando varias inquietudes en ella, ¿Cómo acabará esto? 

<<Solo es un juego inocente, Alya, no te atormentes>> pensó. 



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Esta no es la casa de Lia y no puede entrar como se le da la gana. Era ella a las ocho de la noche afuera de la casa de quien era su profesor. Golpeó la puerta con sus nudillos y esta se abrió, vaya, eso si que fue rápido. 

— No creí que irías a venir— confesó Chris con una leve sonrisa.— ven, pasa

él se hizo a un lado para que Alya pasara. 

— Y yo no creí que me estuvieras esperando tan ansiosamente— se burló.

— Bueno, ya ves que si.

Alya no dijo nada, ni tampoco tuvo ninguna expresión en su rostro. Christopher la llevó hasta el sofá, ambos se sentaron. 

— ¿Y bien? ¿Para que me hiciste venir? No creo que para clases de matemáticas.

Él soltó un suspiro

— Si..., tienes razón, pero estoy seguro que tú ya lo sabes. 

Christopher la miró fijamente a los ojos color café, que tal y como ya lo había visto, tenían un brillo especial, algo raro de explicar.

— Lo sé, pero quiero que empieces a hablar tú— dijo Alya, Christopher asintió. 

— Bien. No sé en qué momento nos envolvimos tanto como para llegar a este punto, es algo que yo no tenía pensado que me pasaría...

Entre Nosotros || Alya & Christopher || EN PROCESOOnde histórias criam vida. Descubra agora