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Dos niños pequeños corrían por un pequeño pastoral.

La felicidad de ambos niños era inigualable, sus sonrisas eran tan puras como sus almas, bellas y sensibles.

Aquellos dos niños les encantaba jugar en sus tiempos libres.

Sobre todo a Roier, aunque la mayoría del tiempo se la pase en casa de su mejor amigo Quackity.

Debido a que su madre se quedaba hasta tarde por el tema de su "trabajó", pero aveces desaparecía como en 3 días o aveces una semana.

La madre de Quackity estaba preocupada por la salud del pequeño niño castaño.

Lo cuidaba como un hijo más, junto al azabache.

Los primeros días donde la madre de Roier le dejaba a cargo de su hijo a la señora Maldonado.

No era gran problema para la mujer cuidar de Roier, es más a Quackity le agradaba el hecho de poder jugar más tiempo con Roier.

Pero con Roier no era lo mismo, aveces se sentía triste al no ver a su madre en varios días, hasta pensar en la posibilidad de que lo haya abandonado.

Su corazoncito se hacía en dos con solo pensarlo.

Aunque ahora ese no era el punto.

── Vamos Roier! Tu puedes!.

Alentaba un azabache que se encontraba arriba de un árbol, estirando su mano para brindarle un poco de ayuda a su amigo.

── Hago lo que puedo Quackity! Es difícil..

Habló el castañito, agarrando la mano de su amigo y subiendo a la rama que hacía sentado.

── Cada vez te sientes más ligero Roier!.

Dijo el menor.

── Apoco? Como así?.

Preguntó, mirando extrañado a su amigo.

── Pues, te vez más delgado que antes.

Aclaró el niño mientras con la mirada buscaba alguna fruta en aquel árbol.

── Enserio? No lo había notado.

El pequeño solo se acomodo mejor en la rama del gran manzano para no caer.

Mientras que Quackity ya tenía en la mira a algunas manzanas cerca de su alcancé.

El chiquillo balanceandode en las ramas logró llegar a las frutas que tenía en su mira.

── Hey Roier.

El nombrado volteo a mirar a su amigo.

── Atrapalas!.

Grito Quackity lanzándole las manzanas al pequeño Roier.

─ Ahhh!.

Soltó un gritó al ser golpeado por las manzanas pero logrando agarrar las antes de que caigan.

── Para la próxima avisa antes de lanzarlas!.

Le reclamo el castaño al azabache quien iba bajando para volver a sentarse al costado de su amigo.

Ambos niños comieron de las manzanas, las cuáles eran dulces para sus paladares.

En poco tiempo, tuvieron que bajar del árbol, debido a que la madre del chiquillo de Quackity los llamaban para almorzar.

── Aquí estoy Mamá!.

Habló el mexicano mayor sentándose en la mesa.

── Buenos días Señora Maldonado!.

Forest | Guapo DuoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora