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Observo el cuerpo de Dahyun, mi respiración empieza a acelerarse y mi corazón igual.

Maté una chica.

Yo nunca le haría daño a una mujer.

Nunca.

Nunca...

¡Nunca, nunca lastimaría a una mujer!

Entonces empiezo a llorar, y corro con desesperación hacia Dahyun, intento tomarla entre mis brazos.

—Dahyun, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento. —mis lágrimas mojan el rostro de la chica. —Lo siento, lo siento, maldición ¡Ayuda! ¡¡Ayuda!!

—¿¡Jungkook!? —Taehyung me mira desde arriba de la escalera y corre hacia mí, hasta que reconoce a su amiga. —D-Dahyun ¡¡Dahyun!!

Antes estaba esperando a que saliera del baño, y agradezco haber hecho un desastre con sus sentimientos antes, porque se tomó su tiempo para salir.

—T-Taehyung... —lo miro mientras escapan mis lágrimas. —La vi caer y n-no pude hacer nada...

Observo tu rostro horrorizado por la escena, totalmente inédito, sin poder creer nada.

Solo veo como las lágrimas empiezan a caer de tu rostro, tu cuerpo empieza a temblar y entonces reconozco que estás por sufrir un ataque de pánico.

—¡Taehyung! —lo saco de su trance, él me mira apenas. —Buscaré ayuda, quédate con ella.

Él me asiente. Y quizás este sea mi movimiento más arriesgado.

Corro hacia el piso de abajo, me desvío hasta el cuarto donde está Seokjin y me adentro a él, totalmente cegado por la tormenta de sentimientos anteriores, claro, incluso estando confundido por mis propias acciones; sin embargo, mi instinto de supervivencia es mayor y Seokjin ha arruinado mi día.

Revuelvo las sillas donde lo escondí y allí lo veo, intentando respirar con fuerzas y sonríe cuando siente la presencia, pero se asusta cuando nota que no se trata de Dahyun o ayuda, sino de mí. Es un tarado si de verdad creía que podía escapar.

No le permito ni siquiera respirar cuando le planto un golpe en el rostro, dejándolo inconsciente otra vez, entonces repito la acción de cubrir su boca mientras mi cuerpo tiembla y siento mi vista nublarse en tonos rojos.

¿Acaso realmente estoy perdiendo mi cordura? Siento miles de cosas, pero mi cuerpo acciona por sí mismo, como si fuese una máquina predeterminada. Estoy harto de ese tumulto de ideas, entonces no soy nada gentil al golpearme la cabeza varias veces contra la pared hasta poder, contradictoriamente, estar más estable que antes.

Salgo del cuarto y meto las cinco sillas que estaban fuera, entonces luego cierro la puerta con la llave que robé de Dahyun cuando cayó.

Corro y me encuentro con un supervisor por esas casualidades y ahora sí finjo demencia, le comunico la situación en la escalera y él mismo llama a la enfermería de la institución.

Corro otra vez, mis piernas no dan más, y vuelvo al lugar del accidente, donde te encuentro a ti, sentado, con tus manos envueltas de sangre, tocando el cuerpo de Dahyun e intentas limpiar sus heridas, mientras varios estudiantes imbéciles observan el panorama, ¿acaso se puede ser tan infeliz? ¿De verdad ninguno pensó en ayudar? Menos mal que me tienes a mí, y la ayuda está en camino.

Detrás de mí llegan los médicos de la institución, la levantan como pueden y yo me aseguro de levantarte a ti, y al observarte, noto como necesitarás una botella de agua al finalizar la situación, tu llanto te deshidratará.

La enfermería trata de socorrer a la chica como puede, quizás unos diez o veinte minutos después llega una ambulancia que trasladará a Dahyun a un hospital que la tratará como se debe.

En cuanto a ti, te noto pálido, sin entidad, puedo notar lo desorientado que estás y posiblemente el trauma que poco a poco se forma en ti. Lo lamento, Taehyung, de verdad nada de esto estuvo planeado, no sería capaz de involucrarte en una situación como esta así de cerca, sería deshumano. 

Se me fue de las manos, no sabes cuánto lo siento.

Aun así, solo me defendía, y lo sabes, ¿no?

Tomo a Taehyung de la mano, caminamos en silencio por los pasillos hasta el patio, donde nos sentamos en el césped.

—Taehyung, lamento que hayas visto eso, pero necesito que hables para saber que estás bien. — lo muevo un poco, no hay respuesta.

—D-Dahyun... ¿Ella está muerta?

—No, por favor. — lo calmo. —Ella estará bien, fue solo un accidente, el hospital la tratará.

—P-Pero, era mucha sangre...

Entonces yo tomo sus manos, las junto y las beso con suavidad. Él me mira y parece que su ansiedad cesa ante el mínimo gesto.

—Estará bien, te lo prometo.

Él empieza a llorar, entonces me permito abrazarlo sobre los hombros y acariciarlo.

Pero por dentro, no puedo dejar de temer, porque cada vez la tarea de proteger lo nuestro se complica más y más.

Jimin sigue oculto, Seokjin sigue encerrado en el instituto, vivo o muerto, pero está, luego está la farsa de Yoongi que ya no sé cómo sostenerla.

Todo se está complicando.

¿Y lo peor? Que incluso ya no sé cómo controlarme a mí mismo.

Voy a volverme loco.

FOR YOU © kooktaeWhere stories live. Discover now