Un matrimonio donde el hombre traiciona a la mujer es más que devastador, pero si la mujer tiene algo por lo que luchar como son los hijos se vuelve una mujer imponente y poderosa.
Carmina sonreía mientras ponía una corona de rubíes sobre la cabeza de su señora.
Larissa suspiro pasando sus manos por su vestido rojo de terciopelo, su sonrisa se ensancho mientras veía su reflejo en el gran espejo de oro frente a ella.
-Carmina -
Murmuro la menor.
-¿si mi señora? -
Contesto Carmina mientras otra doncella le pasaba un velo rojo de seda, para después ponerlo sobre la cabeza de Larissa y sujetarlo con la corona.
-estoy emocionada -
Río con nerviosismo Larissa, a lo cual Carmina rio en silencio.
-luce como una niña enamorada mi señora, por fin tendrá paz... -
Sonrió Carmina. Larissa asintio cuando estuvo lista y se dio la vuelta hacia la puerta de sus aposentos, por donde entraron Baelon quien cargaba a Basilia y Alyssa quien sonreía viendo a su madre.
-madre -
Sonrió Alyssa caminando hacia su madre y abrazándola, Larissa sonrió acariciando el largo cabello de de su hija, besando la cabeza de la niña.
-ojalá tu matrimonio traiga felicidad y prosperidad, madre -
Sonrió Baelon dejando a Basilia en el suelo. Larissa sonrió hacia su hijo, estirando sus brazos hacia su hijo, el cual sonrió acercándose a su madre y abrazándola.
Larissa beso la cien de su hijo antes de separarse del abrazo, sonrió viendo a sus hijos antes de que Carmina hablara.
-la noche cae, mi señora. Jon la debe estar esperando -
Sonrió la castaña mayor, Larissa se acercó a Carmina para abrazarla. Carmina sonrió para luego besar la frente de Larissa.
-felicidades, hija... -
Susurro Carmina en el oído de Larissa, esta sonrió en señal de agradecimiento y apretó las manos de Carmina.
...
Larissa caminaba sobre monedas de oro qué estaban esparcidas por el suelo en camino hacia los escalones donde estaba Jon el cual sonreía nervioso.
La castaña trago saliva antes de subir los escalones con Basilia y Alyssa quienes levantaban la cola de su vestido, para después ir junto a Baelon.
Larissa sonrió cuando estuvo cara a cara con Jon, el cual tomo la mano de Larissa, empezando con sus votos.
-con esta mano, yo sostendré tus anhelos -
Sonrió Jon para soltar la mano de la castaña y tomar la copa y la jarra de vino qué estaba en la gran mesa frente a ellos.
-tu copa nunca estará vacía, por que yo seré tu vino -
Dijo de nuevo el rubio, llenando la copa y dándosela a Larissa quien la sujeto con la mano izquierda.
-con esta vela yo alumbrare tu camino. Y con este anillo, te pido que seas mi esposa -
Sonrió Jon, poniendo un hermoso y grande anillo de esmeralda en el dedo anular de la mano derecha de Larissa, la cual sonrió para repetir sus votos, llenando la copa de Jon y dándosela, al igual que poniendole el anillo en el dedo anular. La pareja cruzó sus brazos para beber de su copa cada quien, para al final, besarse.
Los aplausos inundaron el salón, haciendo que Larissa sonriera entre el beso, dejando su copa en la mesa aun sin separarse del beso para poner sus manos en las mejillas de Jon.
Jon abrazo la cintura de Larissa, sintiendo la mirada de Gavrel y Baelon sobre el.
...
Larissa cayo en su lado de la cama después de una tardía ronda, después de 7 días de su boda.
Jon sonrió, suspiro entre jadeos atrayendo a Larissa sobre su pecho desnudo.
-¿Crees que nos necesiten? Allá afuera -
Dijo Jon, aun, tratando de recuperar su respiración normal.
-no lo se... saben que estamos consumando, no nos molestaran -
Río la castaña, subiendo la cabeza para dejar un beso en los labios de Jon.
-bueno, eso es cierto... pero, ya llevamos casi una semana. ¿No estas cansada? -
Cuestiono el rubio mientras sonreía.
-¿como estarlo? Además, somos igual de insaciables -
Río Larissa, seguida de Jon.
Otros tres días pasaron hasta que la pareja salió de los aposentos, primero, fue el Lord consorte, quien tuvo que salir gracias a una campaña política.
Después, fue Larissa, quien salió tan radiante como nunca según testimonios, era de esperarse, 10 días enteros consumando su matrimonio sin ninguna interrupción. ¿Quien no lo estaría?
...
-madre... -
Murmuro Baelon entrando a los aposentos de su madre, donde esta se encontraba leyendo sobre su sofa.
-Baelon, hijo mio -
Sonrió la castaña, cerrando el libro sobre sus piernas y palmeando el asiento vacío a su lado.
Baelon sonrió ligeramente para sentarse junto a su madre, quien acarició el rubio cabello de su hijo.
-¿pasa algo Baelon? Te noto tenso... -
Sonrió Larissa, antes de que Baelon le comunicará todos sus miedos ante el hecho de gobernar todo un imperio.
-Baelon... tu eres el monarca, el soberano del imperio más grande del mundo hijo. Cuando tu asciendas, todos se arrodillaran ante ti y te llamaran majestad -
Sonrió la castaña, para dejar un beso sobre el pómulo de su hijo.
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