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Interesante.

Fue lo que pensó Nicholas al confirmar que su pequeño y tímido Euijoo se excitaba con solo tocar su cabello.

Euijoo ya se encontraba completamente seco, cambiado y despierto.
El estaba sentado en el borde de su cama, cabizbajo; negándose a ver al Taiwanés
Quién se encontraba con los brazos cruzados frente a él, con la mirada profundamente fija en el pequeño coreano.

—¿No vas a decir nada?- Nicholas cuestionó mientras se acercó un par de pasos para intentar ver mejor el rostro de Euijoo, el solamente negó lentamente mientras apretaba el borde de su gran polera.

—¿Porqué?- Se acercó un poco más y colocó su mano sobre la cabeza contraría acariciándola levemente, sintiéndo como el coreano daba un pequeño brinco del susto.

—N-no..- un jadeo y un susurro fue lo unico que salió del coreano, sus piernas comenzaron a temblar y sus ojos se cristalizaron.

—¿Por-qué?- volvió a preguntar está vez recalcando las vocales de la palabra, mientras bajaba su mano a la nuca contraria y la apretaba con fuerza, esperando la reacción del menor.
La cual fue soltar un sollozo y un leve gemido de sumisión diciéndole que por favor se detuviera.

Nicholas no dijo más nada y salió de la habitación dirigiéndose a la cocina, viendo la hora desde el gran reloj digital que estaba en una de las paredes dando con que eran las ocho de la noche.
Decidió preparar algo para cenar, tal vez y Euijoo tendría hambre después de lo que sucedió.

Nicholas
·· Esto es algo de locos, no comprendo nada de lo que acaba de suceder hoy.
Ahora que lo pienso, ¿Ejoo estará bien?
Lo ví como si quisiera llorar..
Tal vez mejor cocino algo para que coma y me disculpo.
Aunque puedo usar esto a mí favor... ¡Ahh! Ya no sé qué hacer, es que Ejoo es tan hermoso..¿Qué..? Pero que cosas estoy diciendo.. no no no no y no. Euijoo es mi mejor amigo, nada más que eso.··
Nicholas se concentró en cocinar algo para cenar, teniendo así varios debates dentro de su mente.

Euijoo se encontraba hecho una bolita en la cama, sin saber qué hacer, su cabeza era un desastre, su corazón latía con gran fuerza que empezaba a doler, y eso era ridículo pues el corazón es el único órgano vital que no duele.
Todo su sistema se encontraba alterado, su mente se encontraba nublada y todo era borroso a su vista.

Escuchó como la puerta de la habitación era abierta cuidadosamente, no quería levantar su mirada, no tenía la valentía ni fuerza suficiente como para hacerlo.
Solo escuchó la voz lejana de Nicholas comentándole que le estaba llevando la cena, el sonido de cubiertos y platos de cerámica sonaba con leves tintineos, al parecer la estaba llevando en una bandeja de madera, esta la usaban cuando alguno de los dos estaba enfermo y necesitaban llevarles la comida a la cama.

—Ejoo.. Ya está lista la cena, será mejor que comas ahora o se va a enfriar
— aquel tono suave y profundo le hizo erizar la piel, obligándole a mirar a aquel taiwanés de buen porte.
Sus lindos ojitos se encontraban algo rojos pues al parecer no se había dado cuenta que estaba llorando silenciosamente, la punta de su respingada naríz estaba tiernamente rojita dándole un aspecto muy tierno y abrazable.
Nicholas al darse cuenta de esto dejó la bandeja de madera en la mesita de noche que estaba al lado izquierdo de la cama, acercándose preocupado pensando que realmente sí había sido muy duro con él.

—¿Ejoo? ¿Qué sucede bonito?— le tomó de las mejillas y observó cuidadosamente todas y cada una de las perfectas facciones de el menor, quien sólo negó lenta y cuidadosamente mientras limpiaba suavemente una de las cristalinas lágrimas que bajaba por su rostro.

—No es nada Nicho..— trató de convencer a el mayor que no era algo de qué preocuparse dándole una cálida sonrisa algo forzada donde claramente se veía como su corazón se agrietaba poco a poco demostrando el por qué de el dolor que sentía en su pecho.

♡⁀➷𝐡𝐨𝐭 𝐡𝐚𝐢𝐫 𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐬𝐞𝐱➹⁀♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora