10. Si me lo pides, lo haré.

20 3 0
                                    

La noche de mi cumpleaños me acosté pensando en Carlos, también pensaba en que me quedaría sola una semana, no me desagradaba, lo contrario, me lo tomaría como un descanso.

Me levanté el domingo, mi madre y Ricardo estaban recogiendo sus cosas.

-¿Ya os vais?-. Pregunté aún dormida mientras me restregaba los ojos.

-Si hija, ya llegamos un poco tarde, aún nos queda bastante camino de por medio hasta llegar a Asturias-.

-Vale mamá, pasadlo muy bien-.

-Miriam, cualquier cosa llama a Carlos, de todos modos él irá pasándose por aquí, tiene llaves, así que ya sabes, cualquier cosa, llámalo-. Dijo Ricardo.

-No os preocupéis, estaré bien, voy camino de los 30, ya no soy una niña-.

-Lo sabemos hija-. Me dijo mi madre dándome un beso en la mejilla.
-Bueno, nos vamos, tienes la nevera llena de comida, también comida en el congelador-.

-Vale mamá, mandarme muchas fotos y pasarlo muy bien-. Dije.

-Claro que sí hija, nos vemos en una semana, llamaré todos los días-. Decía mi madre mientras salía por la puerta.

-Adiós mamá, adiós Ricardo-.

Cerré la puerta y lo primero que hice fue poner música a tope, me puse Dancing Queen de Abba y empecé a bailar y a cantar a todo pulmón, sin pensar en nada, sin importarme nada en la vida, solo pensaba en ser feliz.

Paré de golpe y me tumbé en la cama mirando al techo sonriendo.

Pensaba en que el sábado siguiente me iría con Carlos a ver Madonna, aunque ahora no lo tenía tan claro, después de lo de Martina, ella pensaba que él estaba enamorado de mí, luego pensaba en el momento que casi me besa en la cocina, me quería decir algo, pero mi madre apareció y no lo dejó.

-¿Y si de verdad está enamorado de mí?-. Pensaba.

-No, es imposible, para él soy como su hermana pequeña, por eso me tiene tanto cariño-. Dije cuando volví a la realidad.

Pero aún así sonreía, estaba metida en mi mundo y me imaginaba cómo sería mi vida con Carlos, aunque yo sabía que él quería a Martina.

Llegó el domingo por la noche y me tumbé en el sofá relajada para ver una película de Netflix, me hice palomitas y apagué las luces.

Al rato me sonó el teléfono y cuando lo miré, vi que era Carlos.

-Hola hermanito ¿Qué tal?-.

-Hola hermana, muy bien, estoy en casa ¿Te apetece ir a tomar algo?-. Preguntó Carlos.

-Claro, voy a arreglarme-. Dije contenta.

-Vale, en 45 minutos estamos en tu casa ¿Vale?-.

-¿Quiénes vamos?-. Pregunté.

-Pues verás, Martina quiere presentarte a un amigo suyo que está soltero, está empeñada en eso, yo le he dicho que no hace falta, pero está pesada-. Me dijo un poco susurrando.

En ese momento, se me cayó el mundo, no me imaginaba que pasaría esto. Creía que iríamos los dos solos.

-Ah, mm, vale, ahora en tres cuartos de hora os veo-. Le dije a Carlos.

Colgamos el teléfono y me fui a la ducha, estaba en shock, no me apetecía ir, pero en parte lo hacía por ver a Carlos.

Cuando salí de la ducha me animé, decidí ponerme un vestido veraniego cortito con unas sandalias abiertas de tacón, me ricé el pelo y me maquillé sencilla pero coqueta.

Te odio hermanitoWhere stories live. Discover now