Cincuenta y ocho.

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— ¿Seguro que está aquí? — Preguntó Charles mientras Arthur tocaba la puerta desesperado.

— Estoy seguro, su hermano y su tío me dijeron que aquí. 

Un par de golpes a la puerta y finalmente se abría, estaba Oscar con su teléfono en mano y preocupado. 

— ¿Y Evelyn? — Dijo Arthur preocupado.

— ¿No está contigo? Tengo horas intentando comunicarme con ella.

Ambos monegascos negaron.

— Está desaparecida, Oscar. 

Las palabras retumbaron en la cabeza de Oscar, ambos tenían la idea de que probablemente estuviera con alguno de ellos, pero no. Entraron a la casa de Oscar y ahí mismo Charles logró contactar a uno de los detectives que ayudaba en el caso de Arthur hace un año, ambos querían saber que había pasado con la mujer que amaban y con el pequeño bebé que estaba involucrado. 

Revisaron la casa de Evelyn, pero no había ningún rastro de ella y de lo que había pasado, todo era como si la tierra la hubiera comido, se la hubiera llevado lejos y sin poder despedirse. La preocupación carcomía a Arthur, su bebé y su mujer solos, un hombre con ellos, ¿estaban en peligro? ¿algo malo les pasaría? 

Llamaron el teléfono de ella, intentaron rastrearlo y ver a dónde llegaba, pero sólo estaba en el parque tirado ahí, todo rastro de ella estaba bien borrado de cualquier lugar dónde pudieran buscarla. No había nada.

Cuando hablaron con Alex no había ni una sola respuesta, simplemente había negado cualquier comunicación con ella y dar cualquier detalle en ambos, Lily hizo lo mismo, tampoco diría o haría algo que la perjudicaría.

Max y Sergio, incluso Christian estaban enterados, pero ellos ya lo sabían desde hace una semana que avisó su baja el trabajo, la apoyaron en cualquier momento y probablemente tenían algún detalle acerca de ella, pero no hubo nada que pudieran decirles. 

Estaban comenzando a preocuparse y pensar acerca de un secuestro o algo más peligroso, las unidades policiacas estaban moviéndose por la ciudad y siguiendo cada paso. El único movimiento del coche fue llegar a un supermercado y después se quedó en el estacionamiento. 

Evelyn se había ido con su pequeño. 

(...)

Durante la noche, la búsqueda había parado, probablemente seguiría mañana pero estarían atentos a cualquier cosa que surgiera. Arthur estuvo en casa de sus padres, quería sentir el apoyo y acompañado de gente que lo quería, pero que también respetaba a Evelyn. 

Estaba sentado en la sala, mirando a un punto de la nada, simplemente arrepintiéndose de comportarse como un patán en su regreso y que ahora este fuera el resultado. 

— Arthur, sé que estás pasando por un momento difícil, pero quiero que sepas que siempre estoy aquí para ti.— Dijo su madre acercándose a él.

Arthur agradeció el gesto de su madre, pero la preocupación persistía en su voz. 

— ¿Hay alguna noticia sobre Evelyn y el niño?

— Todavía no, cariño. La policía sigue buscando, pero aún no hay rastros. Necesitas cuidarte a ti mismo en este proceso. No dejes que la tristeza te consuma.

— Lo intento, mamá, pero es tan difícil. No sé qué hacer.

Isabelle suspiró. 

— A veces, las respuestas llegan cuando menos las esperas. Tal vez ella quería huir de todo esto, hijo. Estaba tan cargada de pensamientos de ustedes que probablemente tomó esa decisión precipitada. 

— ¿Es mi culpa? — Preguntó Arthur.

— No es tú culpa cariño, ninguno estaba listo para esto. 

Arthur bajó la mirada, su madre se percató de lo que le pasaba a su hijo, le atormentaba el hecho de que esto llegará a sobrepasar el límite, había tanto que le preocupaba. En especial, su hijo. 

En Arthur: La búsqueda de Evelyn y su hijo parecía una tarea imposible, pero algo dentro de él se aferraba a la esperanza.

(...)

El sol apenas comenzaba a asomarse en el horizonte cuando el teléfono de Arthur vibró en la mesita de noche. Con una mezcla de sueño y ansiedad, se estiró para contestar. La voz del detective resonó al otro lado de la línea.

— Sr. Leclerc, hemos encontrado una pista interesante en la investigación. No sabemos exactamente dónde está Evelyn, pero hemos descubierto algo que podría ayudar.

Arthur se incorporó en la cama, la expectación palpable. 

— ¿Qué encontraron?

— Parece que siempre hubo una cámara en la parte superior de la chimenea, debería venir. 

El corazón de Arthur latía con fuerza. 

— Estamos enviando a un equipo para revisar las grabaciones. Podría llevar algún tiempo, pero creemos que esto nos acercará a ella.

— ¿Su casa? ¿Evelyn está en su casa?

Escuchó al detective negar. 

— No, sólo la grabación. Le aconsejamos llegar rápido para saber lo que se encuentra, hemos llamado también al señor Piastri.

Arthur colgó la llamada y se apresuró a cambiarse para poder estar listo rápido para ir a la casa de Evelyn, saber que podrían encontrarla le llenaba de emoción pero también lo hacía sentirse aliviado al menos un poco. 

The One | Arthur Leclerc.Where stories live. Discover now